(5 de diciembre, 2014).- Era 5 de diciembre de 2012 y solamente faltaba un día para el cumpleaños del pianista estadounidense, Dave Brubeck, tenía 91.
Ese miércoles por la mañana comenzó a sentir malestares en el corazón y fue llevado al hospital de Connecticut, sin embargo, a causa de fallas cardiacas, murió.
La noticia cayó amarga en la escena del jazz de distintos países que el compositor visitó, entre ellos, músicos mexicanos como el baterista, Pablo Prieto Huesca, quien tuvo un vínculo a su música desde los cinco años cuando escuchó Blue Rondo a la Turk, notas que lo inspirarían a dedicarse a producir síncopas edulcoradas del jazz.
Y es que Prieto Huesca venía preparando dos meses antes un homenaje a Brubeck en el Foro Coyoacanense, pues él sabía que el creador de Take Five “estaba en su casa en un semiretiro, sin viajar y sin tocar”, por ello tenía pensado marcarle el seis del mes decembrino para avisarle que “estábamos haciéndole un homenaje”, no obstante, recuerda en entrevista con Variopinto: “no sabíamos que se nos iba a adelantar”.
Recuerdos en Montreal, 1985…
Pablo tenía 16 años y vio en ejecución a Brubeck por vez primera en el Palacio de Bellas Artes en 1976, mismo año en el que debutó con el trío de Horacio Rangel en el Festival de Cuernavaca.
Cuando finalizó el concierto se acercó sin pensarlo, le pidió un autógrafo en su disco y le expresó que tocaba la batería. Brubeck, cálido en su forma de tratar, le dirigió una sonrisa como aquellas que lanzaba antes de comenzar a tocar.
Años antes y con mayor frecuencia, Prieto Huesca inició una colección de productos invariables: recortes de prensa, programas, fotos, discos, revistas, boletos, entre otros. Incluso, apuntó con tristeza: “También los periódicos del día de su muerte forman parte de los recuerdos que tengo”.
Tiempo después, Pablo debutó en el Festival de Jazz de Montreal, Canadá, en el 85, junto al pianista chiapaneco, Hilario Sánchez del Carpio y la vocalista oriunda de Francia, Micheline Chantin.
Estuvieron hospedados en el hotel La Citadelle, donde cruzaron palabra, saludo y experiencias con músicos como el trompetista, Miles Davis, el baterista Louie Bellson o Alberto Moreira. Sin embargo, no contaba con que se iba a encontrar a Dave ahora que ya tenía 25 años.
“Cuando me topé con Dave Brubeck, platiqué con él, se acordó de mí, fue increíble”, narró. Intercambiaron direcciones y teléfonos, por lo cual, a partir de ese momento hablaba con él una o dos veces al año o se mandaban cartas en épocas navideñas.
Aclaró: “La relación que tuve con él es de fanático, porque hay gente que se ha atrevido a decir que éramos amigos, y es otra cosa”.
Además, en 2004, grabó su primer disco como solista titulado Body and Soul, dedicado al pianista, el cual sería comentado por Brubeck de la siguiente manera: “Alberto on guitar, Carlos on bass, and you Pablo on drums, all sound great. Thanks for playing `In your own sweet way´. You reminded me of Joe Morello”.
–¿Recuerdas alguna idea o frase que te haya dicho y quedó marcada en ti?
–Sí, por ejemplo, él decía que el quinto elemento de su cuarteto era el público. Le gustaba mucho grabar discos en vivo, porque él encontraba en esos conciertos una magia muy especial, porque el público es como un quinto elemento que retroalimenta la energía de la música y el arte, era una de las cosas que me decía.
Dave Brubeck: A Celebration!
–¿Qué representa Dave Brubeck en la escena del Jazz?
–Yo creo que contrario a lo que muchos piensan, Dave Brubeck no es un jazzista como tal, él mismo lo decía, que era un compositor que tocaba el piano. Principalmente se asumía como compositor, tuvo mucha influencia de la música clásica, de concierto y música del mundo con la cual hizo experimentos. Como resultado de esos experimentos está Blue Rondo a la Turk que está basado en un ritmo de Turquía con una forma de blues y una técnica composicional que se llama Rondo, por eso se llama así.
Añadió: “No es un jazzista como tal, es un pianista que utiliza el jazz como un elemento más de los muchos que utiliza en su música. Es un pianista fuera de cualquier escuela de jazz y nada comparable a ningún pianista porque jamás siguió la escuela del bebop, la escuela de Coltrane, de Parker… hizo su música muy personal, muy auténtica y fuera de cualquier escuela de jazz”.
Respecto al dvd Dave Brubeck: A Celebration! explicó: Este concierto en vivo es de hace un año. Decidí editarlo en dvd porque me encantó la magia que se vio en ese concierto, hubo algo especial ese día. Están conmigo Alex Mercado, uno de los pianistas más prestigiados en la escena del jazz, tiene muchas similitudes con la música de Brubeck; en el saxofón Federico Hulsz, quien agarró muy bien el estilo de Desmond: fino, mesurado, controlado, muy melódico; y está en el contrabajo, el chileno, ya casi mexicano, Jaime Ferrada, que también asumió un papel muy al estilo de Wright sosteniendo la base y la construcción rítmica y armónica que se da en el cuarteto.
Contó: “Y yo estoy en la batería. De repente cierro los ojos y siento como si estuviera tocando con el cuarteto de Dave Brubeck, con estos magníficos músicos mexicanos”.
–¿Qué piezas traerá el DVD?
–Este homenaje a Dave Brubeck es como compositor. Estamos tocando piezas no tan conocidas, yo quiero dar a conocer a México una faceta diferente, porque siempre piensan en Take Five, y pues no. Vienen piezas como Blue Rondo a la Turk, Cassandra… viene una balada inspirada en la música japonesa, Koto Song, Fast Life, vienen varios temas importantes de la época de los años sesentas.
Y finalizó: “Tocar la música de Dave Brubeck puede ser muy natural para mí debido a que he estado expuesto a ella durante muchos años. Es parte inherente de mi esencia musical, yo creo que el primer concepto que tuve de estética de jazz fue precisamente el cuarteto de Dave Brubeck”.