Por: Valentina Pérez Botero
Twitter: @vpbotero3_0
París tiene más de 426 zonas verdes. Su necesidad de mantenimiento, poda, fertilizantes y pesticidas ha llevado a las autoridades a plantear una nueva forma de sortearlo: “el eco-pastoreo”.
El 3 de abril, París pondrá a prueba sus nuevas podadoras: ovejas de talla pequeña que se instalarán en un terreno de 2 mil kilómetros cuadrados en la periferia de la capital francesa con el fin de corroborar su efectividad. La alcaldía parisina asegura que la idea no sólo es ambientalmente efectiva, sino que ahorra combustible, insumos agroquímicos –sus heces fertilizan-, es selectiva –no consume flores ni insectos-, y reduce la contaminación auditiva.
La etapa de prueba concluirá en octubre, para después introducirlo –en una segunda etapa- a los bosques de Bolonge y Vincennes, con el fin de ensayar cómo se acoplaría el mamífero a una capital densamente poblada.
La preocupación de los efectos que generaría está en el desempleo de los jardineros, aunque su implementación demandaría la creación de pastores urbanos que administren los rebaños de ovejas podadoras.