La familia es el foco de violencia más destacado para las mujeres en nuestra sociedad. Nuestra casa que debería ser el lugar en el que encontráramos paz, amor, apoyo y protección, en muchísimas ocasiones termina siendo el lugar donde encontramos al peor de nuestros enemigos.
El aislamiento, la secrecía, las frases como “la ropa sucia se lava en casa” son un caldo de cultivo para que la violencia pueda ser gestada y crezca sin que nadie intervenga, dejando a niñas y mujeres aún más vulnerables, dependientes e indefensas.
Las victimas principales de violencia intrafamiliar son mujeres, niños y personas mayores. Cuando un hombre es violentado generalmente sucede en la calle. Un asalto, una pelea. Cuando a una mujer la matan, en la gran mayoría de los casos, resulta ser su pareja, ex pareja, el papá o padrastro.
Las mujeres tenemos que arreglar las cosas siempre. Si te va a abandonar tu tienes que hacer algo para que no te deje, por qué en México no le puede ocurrir peor cosa a una mujer que la deje el marido. Para ejemplo leyendas como la de La Llorona que hasta mató a sus hijos porque el marido la abandonó.
Si las violan o manosean, dejen de usar falda, y si las están matando pues guárdense en sus casas a las 10 de la noche.
¿Por qué cuándo una mujer llega a denunciar a su marido golpeador, el ministerio publico siempre parece estar de parte de él? Porque secretamente o no tanto, considera que está bien que la hayan golpeado. Cuantos políticos que en público se desgarran las vestiduras reprobando los feminicidios en su fuero interno piensan “eso les pasa por putas” o “por algo la mataron, que ganas de poder hacer lo mismo con mi mujer”.
Las mujeres ya no podemos esperar. Tenemos que volvernos a encargar, pero desde un ángulo adulto, inteligente.
Ya es hora de entender que sí importa quién es el tipo con el que estas saliendo, si hay que poner atención. Si importa si golpeaba a su ex novia, si es importante que tenga un hijo al que abandonó o si tiene antecedentes penales. Si es muy grave que te grite, que te empuje, que te obligue a tener sexo cuando no quieres. Es hora de dejar de guardar silencio porque qué pena que van a decir los demás, de pedir ayuda, de hacer redes, de contarlo, de pedir apoyo. Es hora de tomarse en serio cuando te amenaza con lastimarte y/o matarte, es hora de ponerte a salvo y tomar todas las precauciones que se puedan si un maldito loco te sigue, te espía y no fue suficiente con poner una denuncia. Es tiempo de irte, de empezar a cuidar tu alimentación y salud, de hacer ejercicio, de buscar ayuda psicológica, de meterte a clases de defensa personal o hacer lo que creas necesario para sentirte más fuerte. Es momento de hacer grupos de muchas mujeres para acompañarse las unas a las otras a los juzgados cuando se está tramitando un divorcio con un hombre violento. Tal vez de ahorrar para escapar, de conseguir un trabajo. De buscar un abogado, de hablar a una asociación, de buscar un refugio, comenzar a planear.
Es hora de autodefensa porque estamos solas.
Alejandra Moreno Hernández
@alecanalejas