Por: Estela Garrido
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El Museo Judío de Berlín presenta una pieza única esta temporada: “Toda la verdad: lo que siempre quiso saber sobre los judíos”, de Sharon Adler.
Sin duda, una de las muestras más provocativas e interesantes que ha expuesto el museo que a 70 años del Holocausto, lejos de victimizar al pueblo judío, busca con esta obra derribar los estigmas.
Un judío es presentado en una urna de cristal dispuesto a responder todas las preguntas que pregunten los asistentes. Los espectadores han formado filas que rodean el edificio completo para presenciar el performance.
“Nuestro objetivo es normalizar de una vez por todas la relación de Alemania con los judíos”, explica la directora del museo, Tina Lüdecke, “dar una oportunidad a la gente para conocer más a los judíos y su cultura”.
Debajo de la vitrina en la que se expone a Sharon Adler se lee la pregunta “¿Quedan judíos en Alemania?” señala la prensa española. Esta es la pregunta número 22 de 32 que se escuchan ese día en la sala del museo. Más que respuestas, son planteamientos de la exposición, la cual no ha estado exenta de críticas.
Algunos de los comentarios más afilados acerca de la muestra, provienen por la controversia que las palabras ‘alemán’ y ‘judío’ provocan en la sociedad germana – y en general en el mundo-. Entre las más prominentes está la del secretario general del Consejo Central de los Judíos en Alemania, Stephan Kramer, que ironizó ante la agencia neoyorquina AP preguntándose: “¿Por qué no le dan un plátano y un vaso de agua al judío?”.
La muestra fue inaugurada el lunes de Pascua y en sólo tres días ya ha alcanzado audiencia récord en la sala alemana.
