Por: Rodrigo Rojo
Tw: @Eneas
Desde 2001, la compañía petrolera franco-británica Perenco recibió una concesión para la explotación de hidrocarburos dentro del Parque Nacional Laguna del Tigre, en el departamento guatemalteco de Petén. En 2010 le fue renovada esta concesión pese a que estaba prohibido seguir explotando petróleo en el área. Las consecuencias que esto ha traído para el medio ambiente y las comunidades que habitan el área se denuncian ampliamente en el documental Arte a la deriva y derivados del petróleo, de Grégory Lasalle.
Este material sitúa en paralelo las actividades de Perenco en Guatemala con una exposición de arte maya que la petrolera patrocinó en el Musée du Quai Branly, en París, para responder a la pregunta “¿Es el maya del preclásico más interesante que el campesino actual?”
El documental, preparado por el Collectif Guatemala, presenta un ejemplo más de la explotación voraz de recursos en América Latina por compañías extranjeras. Se presenta un panorama sombrío de las consecuencias sociales que ha producido la explotación de petróleo por una empresa ajena a Guatemala que se instaló en este país con el sólo propósito de explotar los recursos naturales sin tomar en cuenta que esto se haría en un área natural protegida donde habitan, aproximadamente, 40 mil personas en 37 comunidades de la Laguna del Tigre.
Este documental viene acompañado de un amplio informe (ver al final de la nota) que el Collectif Guatemala, con sedes en París y en la ciudad de Guatemala, realizó en el 2011 para denunciar las actividades de la petrolera. En él, se señala que desde 2010 Perenco recibió una concesión del gobierno, con el apoyo del presidente Álvaro Colom, para continuar con la explotación de petróleo en un área natural protegida, el Parque Nacional Laguna del Tigre, durante 15 años más, pese a que las leyes ambientales vigentes prohibían la renovación del contrato.
Para poder evitar esta normatividad, el gobierno creó la ley FONPETROL, a la medida de Perenco, para que la explotación pudiese ser legal en términos ambientales. Además, la compañía contempla en el contrato abrir nuevos pozos. Por si fuera poco, desde 2010, la empresa petrolera ha financiado el mantenimiento y las operaciones del Batallón Verde, un grupo militar cuyo objetivo es “proteger la Laguna del Tigre y luchar contra el narcotráfico”; así, una empresa franco-británica financia al ejército guatemalteco en la zona donde operan.
Las malas prácticas de esta empresa en suelo guatemalteco, que cuentan con el visto bueno de las autoridades, no son exclusivas de este caso. En México, muchas de las empresas extranjeras que tienen permiso de extraer recursos naturales, tienen prácticas similares y el gobierno en general se muestra ajeno a estos problemas. El caso de Perenco en Guatemala puede ser una nota de advertencia sobre lo que podría pasar en nuestro país si las grandes petroleras mundiales entran para explotar el crudo mexicano.