Según el columnista de El Financiero, Pablo Hiriart es por la suma de lo malo y de lo feo de la administración de Enrique Peña Nieto, que llegó Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia y se puede perder lo bueno.
Desde su punto de vista, en el sexenio de EPN lo bueno fue que realizó reformas que van a poner a México en el camino de ser una gran potencia económica, y señala que tan positivas son las reformas, que el siguiente gobierno titubea en la forma de “echarlas abajo”. Además colocó a México como sexta potencia turística del mundo.
“El país tiene finanzas sanas y crece con mayor rapidez que el promedio del resto del mundo. La deuda es manejable, la inflación está controlada y la reservas en el Banco de México son boyantes. Peña ha sido un presidente sin odios ni rencores” explica.
Por otra parte, lo malo fue que nunca trasmitió afecto por sus gobernadores, fue un Presidente lejano que ignoró al pueblo. Además de que nunca frenó la corrupción de algunos gobernadores y funcionarios estatales.
En su sexenio ocurrió el socavón de Cuernavaca, el crimen de los 45 normalistas; así como tampoco fue capaz de revertir la inseguridad y la violencia y deja al País hundido en una dramática crisis delictiva
Hiriart señala que lo feo es que la sociedad “se ensañó contra Peña Nieto durante los seis años de gobierno, y como consecuencia hizo crecer al político que desde el primer día se plantó como su enemigo: López Obrador.”
Por lo que ahora, señala tenemos un Presidente electo con un equipo que sabe sobre economía, pero piensa distinto a él y esa combinación pueda resultar explosiva.
Además hay mayoría en ambas Cámaras y no existirá contrapesos de ninguna índole al poder absoluto del Presidente.
“Ese es el legado del gobierno de Enrique Peña Nieto y de la forma en que la sociedad –es decir nosotros– lo apedreó durante seis años” destaca.