Alina Rosas Duarte / @ARD3_0
(30 de septiembre, 2013).- Los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), fundamentalmente de Oaxaca, Michoacán y Chiapas, siguen llegando a fortalecer los campamentos en el Monumento a la Revolución. Sin embargo, los insumos no.
A pesar del esfuerzo que varias organizaciones y ciudadanos han hecho por apoyar a los maestros en el plantón, la cantidad de personas ha rebasado los víveres que habían llegado.
Poco a poco, los maestros se han quedado sin sus salarios, sin alimentos, sin medicinas, sin cobijas, y sin muchas de las cosas que desde el día del desalojo de la plancha del Zócalo capitalino no pudieron rescatar.
Uno de los grandes problemas que los aqueja es el cambio de altura y la diferencia en las temperaturas a su región de origen.
Acostumbradas al calor, las maestras de la sección XXII, de la parte de la Costa de Oaxaca, comentan para REVOLUCIÓN TRESPUNTOCERO que se han enfermado de la presión, de la gripa y del estómago principalmente. Cuentan de ello mientras se hallan formadas en la fila de servicio médico gratuito que otorga el Gobierno del Distrito Federal a unos metros del Monumento a la Revolución.
En un recorrido de REVOLUCIÓN TRESPUNTOCERO por la sede del plantón magisterial, pudimos notar la carencia en medicamentos fundamentalmente antibióticos.
“Se necesitan antibióticos como ampicilina, trimetropina y ciprofloxacina; también metrodinazol, albendazol, así como soluciones intravenosas”, se lee en una de las cartulinas del centro médico de la sección XXII, donde a diario decenas de maestros se acercan con malestares.
En la carpa de la región de la Sierra, sólo se ven tres cajas de medicamentos, “es lo único que tenemos”, dice un maestro.
“Si la gente nos puede ayudar, que vengan al plantón. Necesitamos ser más, y si no pueden venir y quieren ayudar, necesitamos su solidaridad, cobijas, carbón y todos los alimentos que su voluntad nos dé serán bienvenidos”, comenta una docente que trata de encender un anafre en medio de las tiendas de campaña.
El hambre y las enfermedades están a la orden del día entre las carpas, sin embargo, los profesores coinciden en que nada es más grave que la situación por la que atraviesa el país: el hambre la pueden soportar, las injusticias no.