Para muchos, tener una pareja significa compartirlo todo: la hamburguesa doble con queso, los amigos, la cama… vamos, en algunos casos hasta el cepillo de dientes y el baño. Pero deben saber que, antes de que ustedes aparecieran en escena, sus parejas ya tenían una vida. Hecha y derecha. Bueno, quizá no muy derecha, pero al menos hecha, conformada.
Ella o él tienen un pasado, historias que lo/a llevaron a ser quien es hoy. Y si te preguntas si debes conocer todos esos recovecos y la información que guarda en lo profundo de su ser, entonces te conviene leer completo este artículo.
Entrevistamos a Nilda Chiaraviglio, psicoterapeuta individual, pareja, sexual y familiar, con Maestría en Sexología y socia fundadora de Clínica Crisálida en México, y nos dijo cómo manejar este tema en la pareja.
¿DE QUÉ SE TRATA EL RESPETO A LA PRIVACIDAD DE LA PAREJA?
“Todos tenemos una vida pública, esa que mostramos a las personas y una vida privada, que es la que mostramos a la gente cercana, como: proyectos personales, algunas actividades. Pero también tenemos una vida interior, que son nuestras intenciones reales, nuestros deseos, pero también nuestros conflictos, incongruencias, como por ejemplo: quiero dejar de fumar, pero fumo; quiero adelgazar, pero como; lo amo, pero hay cosas que no me cuadran. Todo esto está dentro de nosotros. Podemos convivir con todo esto, son procesos que se metabolizan hacia un camino de evolución”, nos comentó Nilda.
La vida interior no se debe compartir. Nosotros decidimos sobre nuestros propios motivos para actuar y no debemos culpabilizar a nadie sobre ellos. Nadie debe influir en ello más que nuestras propias convicciones y tampoco debemos hacerlo con alguien más, pues de eso se trata el respeto a la privacidad.
Por otra parte, existen muchas cosas que también giran en torno a la privacidad de la pareja, como la tecnología. “Nada que corresponda a la tecnología se debe compartir: teléfono, correo electrónico. Aún cuando tengas absoluta confianza con tu pareja, no hay que entrometerse en algo que no se tiene permiso de mirar, es un atropello a la vida interior. Cada pareja decide qué va a compartir con el otro”.
¿CÓMO SE DECIDE QUÉ SE PUEDE COMPARTIR CON EL OTRO?
Todo depende de cómo la pareja construye un espacio de confianza. Hay cosas que aportan valor en una pareja: los gustos, los proyectos a futuro.
Qué es lo que no nos ayuda a llevar una mejor relación? Conocer detalles que solo la podrían avergonzar, que no suman. Datos como la cantidad de personas con las que te has acostado, las contraseñas de tus redes sociales o de tu correo, detalles de tus ex o si les fuiste infiel. Conocer estos detalles en ningún punto haría que tu vida en pareja sea mucho mejor.
¿POR QUÉ SALVAGUARDAR SU INTIMIDAD Y LA MÍA?
Por salud mental, respeto y amor propio. No se puede, ni se debe, compartir todo. Nuestras parejas no son extensión de nosotros, simplemente son nuestros compañeros de vida. Querer invadir la privacidad del otro cae en el rango del dominio, de querer tener poder sobre el otro. Y ahí, señoras y señores, el asunto deja de ser parejo.
Tener una pareja significa descubrir a alguien todos los días. Lo maravilloso de esto es que esa persona puede decidir, por voluntad propia, qué es lo que quiere compartir con los demás y qué es lo que no. Ahí radica el encanto.
