(16 de junio, 2014).- El resultado del partido disputado entre España y Holanda el pasado viernes ha sido la sorpresa más grande de este mundial, y no por la victoria de los naranjas, sino por la forma en que pasaron por encima de los actuales campeones del mundo. La derrota de España no hubiera sido tan llamativa si no hubieran existido tres factores: uno, la amplia diferencia de goles, dos, la mala actuación de Casillas, y por último, los seis segundos de magia en el primer gol de Holanda.
El equipo holandés tenía una línea de cuatro defensores, quienes no sólo se encargaron de proteger su portería, sino que además, entendieron que los defensas son los primeros delanteros cuando su equipo tiene la posesión del balón. Desde esa línea de zagueros salió el pase para Daley Blind, y ahí terminaba todo para España y comenzaban seis segundos de combinaciones perfectas de técnica y táctica entre Blind y Van Persie.
Daley Blind cumplió 24 años el pasado 9 de marzo y defiende los colores del Ajax en la liga holandesa. El no estaba de frente al balón cuando lo recibió y mucho menos de espalda, estaba colocado como tiene que estar cualquier jugador durante noventa minutos y a veces no lo están. Estaba perfilado, estaba listo.
Blind, ya había cruzado la frontera del campo en la banda izquierda cuando recibió el esférico, lo hizo con el pie izquierdo y al mismo tiempo, giró. Aunque hoy en día los comentaristas deportivos quieran llamar a ese gesto técnico recepción dirigida, lo correcto es control orientado. Al hacer este movimiento, Daley Blind, quedo de frente a la portería rival. Muy lejos, cierto, pero de frente y sólo.
Tenía el espacio suficiente como para conducir, pero decidió hacer todo lo contrario a lo que muchos entrenadores piden a sus jugadores, jugar fácil. Daley Blind jugó difícil, pero lo hizo como un genio. Con la pierna izquierda lanzó un pase tan perfecto que pareciera como si sus botines y el balón se conocieran desde hace mucho y entendieran lo que el jugador quería.
A metros de distancia se encontraba un jugador de 30 años de edad con 1.88 de altura, era Robin Van Persie. Este jugador del Manchester United corrió entre dos defensores y fildeó el balón mejor que un jardinero de béisbol o que un jugador de americano en zona de anotación. Van Persie saltó en horizontal y desde los linderos del área grande recibió un balón que venía desde la media cancha, con la cabeza le pegó al esférico, techó al guardameta y se incrustó en la red de la cabaña de Casillas. El cancerbero español no tuvo nada que hacer ante un holandés que saltó y anotó un gol que pasará a la historia de los mundiales. Ese gol significó el empate para Holanda, y cuando el balón cruzó la línea fue cuando terminaron los seis segundos más mágicos del parido.
Foto: Reuters