Natalia Antezana Bosques / @Natalia3_0
(26 de septiembre, 2013).- “La mal llamada guerra contra las drogas ha tenido efectos nefastos en las Américas que incluyen matanzas hasta abusos aberrantes, realizados por grupos criminales hasta las fuerzas del orden”, señaló José Luis Vivanco, director ejecutivo de las Américas, de Human Rights Watch (HRW), en el primer Foro Tricameral “De la prohibición a la regulación: Nuevos enfoques en política de drogas”.
En este sentido, el especialista hizo un llamado a las instituciones en México a avanzar en una legislación que permita la despenalización del consumo personal de drogas y que de esa manera se reduzcan la violencia y las violaciones a los derechos humanos.
“Las cifras que dejó Calderón y su llamada guerra contra las drogas son espeluznantes. Hay por lo menos 80 mil muertos, 26 mil desaparecidos, 15 mil cuerpos sin identificar […] Hay alrededor de 5 mil investigaciones abiertas de hechos atroces que han cometido elementos del Ejército o la Marina y sólo 4 han sido condenadas y están en apelación”, condenó el especialista.
Asimismo, señaló que las políticas que sancionan el consumo personal atentan contra los derechos humanos, por lo tanto en vez de criminalizarlo se debe regular con políticas pública efectivas. Esto, explicó, puesto que en principio atenta contra el derecho de privacidad de cada persona y cercena la autonomía y en segundo lugar no se pueden llenar las cárceles de personas por consumir.
“El sexenio pasado hubo 630 mil detenidos y al menos 500 mil fueron liberadas por falta de pruebas y todo eso por una guerra absurda, una guerra fallida impulsada por Calderón”, dijo Vivanco.
Subrayó que desde el punto de vista penal no existe justificación alguna por la cual encarcelar a personas que consumen.
Asimismo, recalcó que la única manera de que se puede atentar contra el derecho a la privacidad es cuando la limitación sea para lograr una finalidad legítima, con proporcionalidad, con una medida que lo justifique y sin discriminación, dijo el secretario general para las Américas de HRW.
“Sí bien proteger la salud es un objetivo gubernamental legítimo, criminalizar el consumo de drogas para evitar que las personas se provoquen un daño a sí mismas, en teoría no cumple con los criterios de necesidad ni tampoco con los criterios de proporcionalidad”, indicó Vivanco.
Su opinión también tuvo eco en los demás panelistas, quienes coincidieron en la urgente necesidad de abrir el debate sobre la despenalización de las drogas, ya que su prohibición ha demostrado un rotundo fracaso, derivado en muerte y destrucción.
Ethan Nademann, de Drug Policy Alliance, se sumó al llamado de realizar políticas públicas que no penalicen la posesión personal y a observar a los países que ya están en el proceso de legalización, para estar atentos a los resultados.
Steve Rolls, de Transform, explicó que una de las problemáticas con respecto al tráfico de droga es el control de lo ilegal, puesto que si fuera permitido se tendría más posibilidades de regular tanto el consumo, la distribución y la producción.
Asimismo, Mirko Giulietti, encargado de negocios de la embajada de Suiza en México, señaló que en su país existe una política de ordenación, terapia y reinserción de los que ya consumen, reducción de daños individual y social y respeto a la legislación.
El Foro fue inaugurado por el diputado Silvano Aureoles y por Ricardo Anaya, presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados. Ambos señalaron la importancia de un foro de discusión de tal magnitud y subrayaron la importancia del debate sobre las políticas públicas con respecto a las drogas. No obstante, ninguno permaneció en el Foro.
La siguiente sesión de discusión y ponencias será llevada a cabo el día de mañana 26 de septiembre en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal. El viernes 27, el Senado de la República será sede de la última sesión del Foro.
