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Ser defensor de D.H implica jugarse la vida; su labor es piedra angular contra la impunidad: ONU-Mujeres

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(23 de noviembre, 2015.Revolución TRESPUNTOCERO).- Para Ana Güezmes, representante de la ONU-Mujeres en México, el apoyo y protección a la labor de las y los defensores de derechos humanos en el país es una pieza clave en la búsqueda de justica, asíc como en la lucha por romper el círculo de impunidad que hoy en día se mantiene en la nación.

En este sentido, añadió que en el actual contexto hay “muchos héroes y muchas heroínas” que se dedican a la defensa de los derechos humanos. Enfatizó que es importante proteger a defensores y defensoras, sin embargo, dijo, es necesario poner “doble énfasis” en lo referente a las defensoras, pues “el piso de partida es totalmente diferente”.

Durante su participación en la presentación del libro: “La Lucha: la historia de Lucha Castro y los derechos humanos en México”-una novela gráfica que recoge la historia de defensores de derechos humanos en Chihuahua- Güezmes señaló que en un país como México, que cuenta con una cultura de la impunidad, resulta trascendente reconoce la labor de los defensores.

“Para ONU-Mujeres es prioritario que, en un país como México con una cultura de impunidad y dificultades en materia de derecho a la justicia,  se reconozca la labor de las defensores de DD.HH., y sobre todo nos gustaría coadyuvar más en la protección y garantizar los derechos de defensoras y víctimas, eso es como nuestro mandato”, dijo.

La representante de ONU-Mujeres consideró que la novela gráfica “La Lucha” contribuye a dar a conocer el trabajo de las y los defensores. Además, dijo que hoy en México existe un contexto de “precariedad” en la respuesta de las autoridades ante las violaciones a los derechos humanos.

“Veo una gran contribución con esta publicación en mover estas situaciones tan difíciles y angustiantes ante esta precariedad todavía en la respuesta (del gobierno). Moverlo a un ámbito que tiene más que ver con la prevención, que los chico y chicas jóvenes, que los niños y niñas a través de la novela gráfica puedan leer este libro y puedan saber un poco más de la historia Que ampliemos esta base de defensoras y defensores de DD.HH., invitando a conocer estas historias y sobre todo a sumarse en esa lucha”, apuntó.

Manifestó que la publicación sobre la vida de Lucha Castro no sólo es un tributo al trabajo de los defensores en Chihuahua, sino de todo el país. Dijo que las historias retratadas son un ejemplo que muestra el momento en que las víctimas de violaciones a los derechos humanos se convierten en defensores para encontrar la justicia.

“El apoyo y la protección a las defensoras y defensores de DD.HH. es una piedra angular en nuestra acción en materia de acceso a la justicia y en combatir la cultura de impunidad.  La región Latinoamericana desde la perspectiva de DD.HH. fue la pionera, por ejemplo, en tener una convención para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres.

“Pero ha sido el trabajo de las defensoras y en concreto desde el CEDEHM, todo el trabajo en la sentencia del Campo algodonero acompañando a las familias y efectivamente como se decía, esta línea tan tenue entre ser víctima y convertirte en defensora cuando encuentras que los canales de justicia no responden (…) la sentencia de campo algodonero ha servido para cambiar todas la legislaciones, prácticamente, sobre feminicidio en nuestra región. Para empezar, poco a poco, abrir las puertas para los protocolos y mecanismos hacia la búsqueda de justicia”, indicó.

Güezmes habló sobre el trabajo de las defensoras. Explicó que las mujeres que se dedican a la defensa de los derechos humanos están expuestas a formas adicionales de discriminación y violencia, por lo que es necesario redoblar los esfuerzos en materia de protección.

“El trabajo de defensoras tiene peculiaridades. Las defensoras están expuestas a formas adicionales de discriminación y violencia. Las defensoras, además, llegan al trabajo de defensoría con todas las desigualdades de género en la mochila, menos oportunidades económicas, menos inserción en las instituciones formales, mucho más trabajo doméstico: los hijos, los nietos, en mucha mayor dependencia. Entonces en este sentido, reiterar la seguridad, la protección de defensores y defensoras es fundamental, pero cuando hablamos de defensoras hay que poner un doble énfasis porque el piso de partida es totalmente diferente y la historia de Lucha así lo muestra”, señaló.

En este sentido destacó que la labor de las defensoras en esta región del continente ha sido fundamental para que, por ejemplo, haya llegado a la ONU la discusión sobre el tema y se haya aprobado una resolución en materia de protección a defensoras.

“Reconocemos el trabajo que han hecho en esta región (…) sobre todo cómo llegaron a las Naciones Unidas para que por primera vez en el año 2013 la Asamblea General de la ONU haya aprobado una resolución sobre defensoras de DD.HH., que fue adoptada el 18 de septiembre de 2013 y que habla un poco de la necesidad que las políticas de protección y el trabajo en defensoría, incorpore la perspectiva de género.

“Pero sobre todo repite el énfasis de que es el Estado el que tiene que actuar con debida diligencia para prevenir amenazas, el acoso, y la violencia contra las defensoras y sobre todo poner fin a esta cultura de impunidad”, dijo.

Güezmes destacó que ser defensores de derechos humanos  en México es una opción de vida “en la que de alguna manera uno se juega muchas cosas incluido la vida (…) Creo que el libro puede contribuir a romper el silencio, de ver como son las historias de esas luchas cotidianas que las defensoras desarrollan para salir adelante con el miedo, con la impunidad, con los hijos, con la familia y nos unimos a esta idea de terminar con la cultura de impunidad y violencia y asegurar la protección de defensores”.

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