El presidente electo de Argentina, Alberto Fernández, gestionó para garantizar la salida pacífica del ex presidente de Bolivia, Evo Morales, por lo que Paraguay aceptó recibir al ex mandatario, pero decidió viajar a México.
El próximo presidente de Argentina se comunicó con diferentes jefes de Estado para brindarle asilo político a Evo Morales, pero fue el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, el primero en aceptar dicha situación.
Fernández reconoció que México por su interés permanente en ayudar a los pueblos latinoamericanos como lo hizo en la década de los setenta con los argentinos durante la dictadura militar que gobernó Argentina.
El presidente de Paraguay, Mariano Abdo, también estuvo interesado en recibir a Morales, pero el boliviano decidió acudir a México para garantizar sus condiciones de paz e integridad.
Aunque el presidente electo le pidió al todavía mandatario de ese país, Mauricio Macri, que brindara asilo político, no tuvo respuesta positiva, por lo que buscó con otros países su apoyo internacional.
Aunque finalmente Macri aceptó recibir a dos ex ministros de Morales cuando fue presidente de Bolivia, Alberto Fernández enfatizó que se trató de un golpe de Estado lo que sucedió con Evo, por lo que consideró que se deben brindar todas las garantías a sus ex colaboradores.
También Fernández expuso su molestia con la Organización de Estados Americanos (OEA) sobre la falta de una postura por los hechos ocurridos en Bolivia, aunado a que también logró que el gobierno de España condenara la intervención militar.