La pandemia de coronavirus ha traído problemas a la hora de que diversos productos se puedan fabricar y distribuir con normalidad, siendo los condenes uno de ellos, hecho que la Organización de la Naciones Unidas ha calificado como potencialmente “desastrosa”.
En Malasia, uno de las naciones que produce el mayor número de preservativos en el mundo ha parado totalmente su producción pues tras el aumento de casos en su territorio ha ordenado un estricto confinamiento de la población.
Karex, una de las fábricas que fabrica uno de cada cinco condones en el mundo se ha visto severamente afectada y especula una reducción de su producción de 200 millones de preservativos respecto a sus cifras normales.
“El mundo se enfrentará sin duda a una penuria de preservativos. Es una preocupación mayor pues los preservativos son un artículo sanitario de primera necesidad”, expresó Goh Miah Kiat, director ejecutivo de Karex.
La Agencia de Naciones Unidas encargada de la salud sexual y reproductiva (UNFPA) se ha dicho preocupada pues de los pedidos que hace habitualmente, éstos podrían reducirse en hasta un 50 por ciento.
“Los cierres de fronteras y las demás medidas de restricción perturban el transporte en varios países y regiones”, indicó un portavoz del Fondo de Naciones Unidas para la población (FNUAP), que colabora con los programas de planificación familiar, y tuvo que recurrir a nuevos suministradores de urgencia.
Una penuria de preservativos, o de cualquier otro contraceptivo, podría generar un aumento de embarazos no deseados con consecuencias desastrosas para la salud y el bienestar de adolescentes, mujeres, sus parejas y sus familias”, destacó el portavoz.
La UNFPA teme que este desabasto genere un aumento en los contagios de VIH, enfermedades de transmisión sexual y abortos de alto riesgo.