Coca Cola fue la primera empresa que otorgó su apoyo a Vicente Fox cuando el panista era candidato a la presidencia de México, así lo ha reconocido él mismo.
En este sentido, hay estudios realizados en el extranjero que demuestran que durante su sexenio el crecimiento de dicha empresa se disparó aquí en el país. A su vez, enfermedades como la obesidad y la diabetes también tuvieron un crecimiento significativo.
En entrevista con La Octava, la periodista Kenia Velázquez afirmó que derivado de este vínculo, hubo personas que luego de haber tenido importantes puestos en la transnacional, obtuvieron un puesto como funcionarios de gobierno.
“A partir de entonces hemos visto un desfile de personas que han tenido puestos importantes en Coca Cola y en las secretarías de Gobierno. Por ejemplo, Mercedes Juan fue secretaría de Salud, pero antes había sido presidenta de la fundación Funsalud, que es patrocinada por Nestle, por Bimbo o por Coca Cola”.
La industria pagó estudios para descreditar el impuesto a bebidas azucaradas
En 2014 el gobierno de México aprobó un impuesto especial sobre las bebidas azucaras. Poco tiempo después empresas como la gigante del refresco contrataron científicos del ITAM, la Universidad Autónoma de Nuevo León y el Colegio de México para realizar estudios que desacreditaran esta medida.
Con estas evidencias, las cuales no fueron sometidas al rigor que exige la comunidad científica, las empresas presionaron a los diputados para que el impuesto desapareciera, algo que no se logró.
A pesar de ello, Coca Cola le dio visibilidad a estos estudios en varias partes del mundo con el objetivo de desprestigiar el impuesto a las bebidas azucaradas. En este punto, es de señalarse que México fue el primer país en el que se adoptó esta medida.
Investigadores de la Universidad de California y la Escuela de Salud Pública, en Inglaterra, entre otros, realizaron un estudio en el que evidenciaron que la industria de bebidas azucaras y comida chatarra otorgó incentivos económicos a los científicos que participaron en pro de sus intereses.
En contraste, el Instituto de Salud Pública dio a conocer un documento en el que se prueba que el impuesto funcionó al menos en los primeros años.