Según lo indica la Secretaría de Seguridad Pública, el objetivo principal de la policía Metropolitana Granadero es “preservar el orden público y dar seguridad a la ciudadanía”.
Entre sus tareas -se lee en la página institucional- está el “control de multitudes” participando de manera inmediata en mítines y manifestación; proporciona seguridad de seguridad y vigilancia necesario a los diferentes sectores tales como bancos, reclusorios, tesorerías, pagadurías, sedes gubernamentales, patrullaje con equipos de trabajo, diligencias de lanzamiento y desalojos; vigila diferentes eventos los diferentes eventos deportivos que se llevan a cabo en el D.F.
Y bueno, teóricamente, todo bien. Pero en los hechos ¿cuál ha sido el papel del Cuerpo de Granaderos?
El agrupamiento de Granaderos tuvo su origen en 1939 con José Siurob, entonces regente del todavía Distrito Federal. Al paso de los años, esta institución se fue fortaleciendo; además de más elementos, contaban con equipos antimotines con los que podían controlar más fácil y severamente a los manifestantes que resultaban incómodos para el “orden público”.
Pasado el tiempo, el 23 de julio de 1968, cerca de 200 granaderos pertenecientes batallón número 19 de la policía excedieron el uso racional de la fuerza e ingresaron a las vocacionales agrediendo y arrestando a los inconformes que se encontraban la vocacional 5 del Instituto Politécnico Nacional (IPN).
Este fue uno de los hechos que detonó la protesta del 2 de octubre, cuando se suscitó la por todos sabida Masacre de Tlatelolco. Desde este año, la consigna estudiantil exigía mediante el plego petitorio que se desapareciera el Cuerpo de Granaderos, cuyo objeto sólo había sido violentar, dañar y asesinar. Se trata del tercer punto:
Sin embargo, lejos de seguir este mandato, las fuerzas del cuerpo de granaderos se hacía más fuerte. En innumerables eventos masivos, protestas o manifestaciones, se denunciaban abuso de la fuerza por parte de estos elementos.
Sería imposible enlistar aquí todos los casos de abuso de fuerza, arbitrariedad o violencia registrada durante estos años. Sin embargo, existen claros y lastimosos ejemplos contemporáneos:
1 de diciembre (2012)

Tras la toma de protesta de Enrique Peña Nieto como presidente de México, miles de personas se movilizaron. También entonces el equipo de granaderos acudió al llamado del gobierno federal y local para reprimir a los manifestantes.
Hubieron graves violaciones a los Derechos Humanos, violaciones arbitrarias e, incluso, se reportaron personas desaparecidas.
Protestas por Reforma energética (2013)

Miles de mexicanos salieron a protestar contra la Reforma Energética impuesta por Enrique Peña Nieto. Entonces también se encontraron con la fuerza de estos miembros, quienes encapsularon a los manifestantes y realizaron detenciones arbitrarias.
San Juanico (2018)
Pobladores de San Juanico denunciaron que policías de esta demarcación entraron a su comunidad argumentando hacerlo en busca de un delincuente. No obstante, violentaron casas y comercios, realizando también detenciones sin sustento legal. Ante los hechos, los pobladores cerraron la carretera México-Pachuca. Sin embargo, los granaderos no recibieron algún tipo de sanción.
Es 50 años después de la masacre estudiantil cuando esta organización al servicio del estado está viendo su fin. Parece que el cúmulo de miles de denuncias contra los Derechos Humanos, detenciones arbitrarias y abuso de la fuerza, ha sido escuchado por las actuales autoridades capitalinas.
Hoy, durante su toma de protesta, Claudia Sheinbaum manifestó el término definitivo del Cuerpo de Granaderos, explicó que se trata una deuda histórica con el movimiento del 68 y afirmó que no es necesario tener elementos que busquen reprimir a la sociedad. Miles de usuarios en redes sociales han mostrado su alegría por esta decisión histórica.