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30 días por AMLO

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Es casi de dominio público que los partidos políticos están impedidos para usar recursos buscando incidir en la consulta popular sobre la revocación de mandato. Pero en un ejercicio de autocrítica, aunque estuviera permitido, quizá el partido del presidente no saldría bien librado de una evaluación sobre los mecanismos de difusión empleados para promover la respuesta positiva en la consulta.

En las condiciones actuales hay dos elementos que a pesar de la prohibición si podrán ser evaluados y atribuidos a los partidos al paso de la consulta del 10 de abril: el porcentaje de representación efectiva en las casillas de votación y la estrategia jurídica para multar o evitar ser multado, según sea la posición que se defienda. 

Si bien los partidos no pueden usar recursos para la promoción del voto si tienen el derecho de acreditación por lo que será ineludible la comparación de la representación real en las casillas, es decir no sólo lo registrado en papel ante las juntas distritales del Instituto Nacional Electoral si no el reporte final de personas que llegaron y permanecieron hasta el final de la jornada electoral. Se antoja natural que los partidos del bloque PRIANRD digan que no tuvieron representación porque nunca confiaron el proceso. Falso. Pero les sirve como coartada. Sin embargo, si morena no cumple su meta la campaña mediática será nuevamente dura en contra del movimiento encabezado por AMLO. Se utilizará para golpear al presidente. 

El aspecto jurisdiccional ya lo está trabajando la derecha ante una inexplicable conducta indolente de “dirigentes” morenistas. Si hay una prohibición expresa para la intervención de los partidos, ¿cómo es posible que funcionarios partidistas participen de reuniones públicas y digan que en representación de su partido son les coordinadores de promoción o defensa del voto en la consulta? La única respuesta válida es el oportunismo, un oportunismo que podría costar millones de pesos al partido en el poder justo rumbo al proceso electoral de 2024. 

Sería ingenuo pensar que está en entredicho el resultado de la consulta. El último dato de la encuesta que realizó Buendía & Márquez para el periódico El Universal (mismo que auspicia a Loret de Mola) revela que el presidente de México cuenta con casi un respaldo del 70 por ciento de la población. De poco o nada han valido los ataques de la derecha al presidente, pero la derecha no es ingenua no busca ganar la consulta, busca cerrar la brecha, buscar sancionar a morena en los tribunales y parece tener aliados al interior del propio partido de AMLO.

El presidente es al mismo tiempo su propio vocero, su estratega político, el administrador eficaz, es un hombre orquesta. En honor a la verdad le ha faltado partido. Así que bien vale la pena retribuir a ese compromiso con trabajo organizativo, con activismo, con profesionalismo. Si. Con pasión, pero sin caer en provocaciones, con generosidad y sin provocar multas. Ese es el objetivo de la campaña “30 días por AMLO”, salir del marasmo en el que el propio INE ha sometido a la población con su campaña de terror, de prohibicionismo; fomentar la creatividad, la auto organización, tomar las calles, promover no sólo la participación sino fijar una posición. 30 días de entrega en cuerpo y alma, como lo hace el presidente todos los días, vale la pena y no sólo por él, vale la pena no sólo por la persona sino por lo más importante, el proyecto de transformación.

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