Lo que hasta hace unos días era un rumor de pasillo, ahora es un expediente listo para entrar a sala. La Fiscalía General de la República (FGR) judicializó la investigación contra nueve de sus altos funcionarios, entre ellos Sergio Agustín Taboada Cortina, hermano del exalcalde panista Santiago Taboada, por el presunto desvío de 900 kilos de cocaína que debían ser incinerados, pero que habrían terminado en manos del crimen organizado.
El caso ya está en el Reclusorio Oriente, bajo la lupa del juez de control Arturo Medel, y en los próximos días se llevará a cabo la audiencia inicial donde se decidirá si se emiten órdenes de aprehensión contra todos los implicados.
Una red de alto nivel en el banquillo
La lista de investigados no es menor. Además del hermano del exalcalde de Benito Juárez, figuran nombres de peso dentro de la FGR: Felipe de Jesús Gallo Gutiérrez, titular de la Agencia de Investigación Criminal; Jorge Domínguez Martínez Vertiz, alias El Tiburón y responsable de la Interpol en México; y Adriana Campos López, jefa de la Fiscalía Especializada de Asuntos Internos.
El epicentro de esta trama es Arturo Serrano Meneses, entonces contralor interno de la FGR, quien —según la investigación— autorizó un cambio de sede para la incineración, lo que permitió reemplazar la droga por un material similar antes de su quema. El verdadero cargamento, valuado en millones de dólares, habría seguido la ruta de un cártel del narcotráfico.
Del operativo oficial al engaño de laboratorio
El episodio se enmarca en un operativo anunciado el 2 de abril de este año, cuando la FGR informó que había destruido 11.7 toneladas de narcóticos en cinco estados del país. Los comunicados oficiales detallaban cifras milimétricas: más de 10 toneladas de cocaína, 747 kilos de metanfetamina y otros enervantes incinerados bajo estricta supervisión, al menos en papel.
Pero los reportes internos revelan una historia distinta. Dentro de esas toneladas incineradas había 900 kilos de cocaína que nunca llegaron al horno. En su lugar, se quemó un polvo similar para cumplir el protocolo, mientras la droga real desaparecía del circuito oficial.
De la destitución a la celda
El 1 de agosto, Serrano Meneses fue notificado de su destitución y detenido por delitos contra la administración de justicia, tráfico de influencias y omisiones graves. Desde entonces permanece bajo custodia ministerial, mientras la indagatoria se expande hacia el resto de la red, incluido el hermano de Santiago Taboada.
La FGR considera que el hecho es especialmente grave porque involucra a mandos estratégicos con acceso a información y operativos de alto nivel. El expediente no solo busca sancionar el desvío de droga, sino también desmantelar la estructura interna que lo permitió.
El juicio que podría encender la pradera
El próximo paso será clave: si el juez avala las pruebas, se girarán órdenes de aprehensión contra todos los implicados, abriendo un proceso que promete ser uno de los más mediáticos del año. La conexión de uno de los acusados con un político panista de alto perfil agrega un componente explosivo que podría convertir la audiencia en un auténtico espectáculo judicial.
Lo que comenzó como un procedimiento rutinario para destruir droga se transformó en una historia de corrupción, traición institucional y vínculos con el narcotráfico. Y ahora, todo apunta a que el verdadero fuego no está en los hornos de incineración… sino en el tribunal donde se decidirá quién paga por esos 900 kilos de cocaína fantasma.