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“La violencia es la contracara de los emprendimientos urbanísticos”

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Tras el enfrentamiento narco que dejó tres militantes del Movimiento Evita heridos, Juan Monteverde, militante del Movimiento GIROS, describe la realidad en los barrios de Rosario. “Lo que se vive hoy es el resultado de diez años de gobierno Socialista”, aseguró.

Queríamos conversar sobre todo lo que está sucediendo en el marco de lo que se conoce como el gran Rosario.

Juan Monteverde: En los últimos días tuvimos esta situación con los compañeros del Movimiento Evita. Una situación en medio de una balacera entre bandas narco del barrio Nuevo Alberdi y una situación que ya se había repetido hace un año, compañeros del frente Darío Santillán fueron acribillados en una situación similar. Es algo que se viene repitiendo sobre todo en la periferia de Rosario y que tiene que ver con la crisis del modelo de ciudad que viene planteando el socialismo, donde básicamente, hay determinados territorios que son los lugares donde cae toda la inversión pública y privada y otros territorios como los de la periferia, donde no sólo se ha abandonado a la gente, sino también, donde toda la sociedad deshecha lo que no quiere. Toda la marginalidad y demás, caen en la periferia y se producen nuevas disputas en término de tierras. La verdad, lo que se ve hoy es el fruto de estos últimos 10 años donde el socialismo decidió apostar por ese modelo de ciudad y hoy está trayendo sus consecuencias.

APU: Ustedes sacaron un comunicado bastante interesante en el que marcan que Rosario no es Sinaloa pero tampoco es Barcelona, le dan una vuelta de tuerca a todo esto que se viene diciendo y que no aporta mucho a la solución.

JM: Sí, lo que planteamos en este comunicado también tiene que ver con cierta crónica periodística, debido a la gran repercusión que tuvo el tema, donde se mostraba a Nuevo Alberdi en particular pero a los barrios de la periferia en general, como lugares directamente inhabitables, lo cual termina reforzando, no solamente la criminalización, la estigmatización de los sectores populares sino que justamente, aporta a esta visión de “territorio inviable donde no vale la pena hacer nada”. Recuerdo que en los 90 se planteaba esto de provincias viables y provincias inviables y tiene que ver con esto, traducido a los territorios de la ciudad. Cuando pasan estas cosas se escandalizan la sociedad política y la sociedad civil pero no se va al fondo de la cuestión.

Lo que planteamos es que se toma la cuestión del narcotráfico como un problema social de los barrios cuando en realidad, no se quiere ver que los que distribuyen estos barrios periféricos es consumido también por los sectores medios y altos de la sociedad. Esta misma sociedad que delega y terceriza en la periferia la distribución, cierra cualquier tipo de posibilidad de debatir despenalizaciones o legalizaciones porque ya lo tiene resuelto geográficamente, es decir, los que matan y los que mueren por el tema de la droga nunca son los sectores beneficiarios de este sistema sino los pibes de los barrios. Pareciera que una red de narcotráfico la pudieran armar cinco o seis pibes de los barrios cuando sabemos que no es así.

Sabemos que hay otro nivel de complicidad policial, una estructura empresarial ligada, no solamente al financiamiento sino también al blanqueo de los fondos. El narcotráfico maneja una cantidad de recursos impresionante que en algún momento, tienen que ser blanqueados y sabemos que los grandes emprendimientos inmobiliarios de la ciudad son financiados por cuevas, parte de cuyos fondos vienen, evidentemente, de este tipo de negocio.

Nadie quiere dar este debate cuando pasan estas cosas y lo único que se hace es seguir estigmatizando a los sectores populares que además, son a los que tienen después que venir a despedirles los muertos.

APU: A eso quería llegar porque cuando se habla de esto, se deja afuera a los compañeros que trabajan en el territorio como en el caso de ustedes que tienen un trabajo muy serio en Nuevo Alberdi, ¿no?

JM: No solamente a los compañeros que militamos sino también a todos los compañeros que hacen un esfuerzo tremendo por sobrellevar la situación en que viven. En los barrios no son todos narcos, no son todos delincuentes. Hay un pequeño grupo que por determinadas razones termina siendo una víctima más de cómo está planteado el sistema y parece que eso se olvida.

Un dato que nosotros aportamos cuando nos hacen alguna nota es que, por ejemplo, en el último de los censos que actualizamos cada tanto para tener información certera sobre el territorio, en la zona rural de Nuevo Alberdi no había un solo desocupado, es decir que toda la gente que vive allí trabaja y la mayoría tiene trabajo vinculado a lo rural, autogestivo, sin patrón, en esquemas más tradicionales y pareciera que todo eso no existe, que cada pibe que nace en un barrio estuviera condenado a ser delincuente, a ser soldadito, lo cual no es negar la situación. Sabemos que estas cosas pasan, que no es la primera vez que suceden y que hay que atacarlas pero hay que tener una mirada amplia de la situación porque si no, terminamos dando falsas respuestas.

En el comunicado mencionábamos la situación de México donde el Estado, además de ser cómplice de las redes de narcotráfico, plantea esta idea de la guerra contra el mismo, lo cual termina complicando aún más la situación porque a un negocio multimillonario como el narcotráfico se le suma otro negocio, el de la guerra. Perseguir a los narcos a donde quiera que vayan y esto termina siendo un negocio sobre otro y ninguno de los dos se resuelve. La salida, claramente, tiene que ir por otro lado y el debate tiene que ser planteado desde todos los ángulos y no solamente como un problema social que están viviendo los barrios sino como un problema político que tiene la sociedad en su conjunto.

APU: Volviendo al territorio: ¿Cuál es la situación donde trabajan ustedes?

JM: La situación general del territorio tiene que ver con una disputa que se está dando hace muchos años por la tierra. Nuevo Alberdi está dividido en dos zonas, la urbana y la rural.

APU: Recuerdo el conflicto que tuvieron el año pasado con bandas parapoliciales que los amedrentaban.

JM: Exactamente, en el marco de la disputa que te mencionaba, todo lo que la sociedad expulsa lo manda a la periferia y otro proceso que se viene dando en muchas ciudades es el de los barrios privados y la disputa que se da por la tierra es entre los sectores más altos que quieren la tierra de esa periferia y los más bajos que la vienen viviendo y resistiendo. Nosotros pusimos el eje del comunicado en esa idea,  en Nuevo Alberdi, el paradigma de ciudad viene queriendo resolver el problema y según su modelo que, básicamente es el de efecto derrame, neoliberal, donde la mayor parte del territorio en zonas de la ciudad de interés se le entrega a los sectores privados según lo que se llama “Convenio Urbanístico”, un convenio publico-privado que le entrega la mayor cantidad de tierra a los desarrollos inmobiliarios y con pequeñas migajas y en concepto de “compensaciones”, le exigen al privado el mejoramiento de los alrededores de su emprendimiento.

Este es el modelo que quieren imponer hace varios años en Nuevo Alberdi y que vienen imponiendo en otros sectores de la ciudad y el territorio le está poniendo el pecho y está resistiendo ese modelo e intentando construir otro. El concepto del Municipio es que la ciudad se expande en tanto haya intereses privados para hacerlo y en territorios donde hay ese interés. Un poco lo que planteamos es que esta crisis de violencia que se está viviendo, es la contracara de todos los emprendimientos urbanísticos que se llevaron a cabo en los últimos años.

Son los shoppings, casinos, grandes emprendimientos al estilo Puerto Madero y el empeño que se puso en esos lugares hizo que el resto quedara marginado y degradado con ninguna política pública apuntando en ese sentido. Hoy en Nuevo Alberdi, la situación que se da es esa: la presión de los grupos inmobiliarios intentando llevar adelante a toda costa ese proyecto y nosotros, con los vecinos organizados, resistiendo los desalojos, las presiones que estamos sufriendo e intentando mostrar un proyecto distinto. Que las periferias no necesariamente tienen que ser o barrios privados o asentamientos irregulares con esta lógica de lugar marginal, criminalizado, donde está el narcotráfico, entonces, como todas las discusiones se van uniendo, lo que proponíamos en este comunicado era cambiar ese eje de discusión que no nos lleva a ningún camino conducente, por lo menos para los sectores populares.

AGENCIA PACO URONDO

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