El poder de los votos en Internet es cada vez más impredecible. Que a alguien le guste un producto puede cambiar su destino en Kickstarter o si les parece adorable que unos hermanitos quieran un perro, pueden conseguir que este llegue a su casa. Ahora, también puede conseguirle una noche ardiente a un chico con la chica que le guste.
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