César Camacho Quiroz, dirigente nacional del PRI, declaró en Bahía de Banderas, Nayarit, las intenciones de su partido por imponer el IVA a alimentos y medicinas, así como de abrir Pemex a la inversión privada. La Jornada publicó que Camacho Quiroz: “confirmó que se modificarán los documentos básicos de ese partido para aceptar mayor inversión privada en Petróleos Mexicanos (PEMEX) y gravar medicinas y alimentos con el impuesto al valor agregado (IVA)”.
La participación privada ya existe de facto desde hace mucho tiempo, ya que los gobernantes han aprovechado los huecos legales para llevar a cabo contratos con la paraestatal que favorecen a sus socios (como ocurrió con Mouriño y los Bibriesca). No obstante, modificar la constitución les permitiría incrementar sus ganancias, bajo el argumento de “modernizar” y “hacer más eficiente” las operaciones de PEMEX.
La apertura de PEMEX al capital nacional y extranjero, va de la mano con el tema del IVA en alimentos y medicamentos, ya que las pérdidas económicas que el Estado tendría al disminuir sus ingresos por concepto del petróleo, se recuperarán de los bolsillos de la población. La reforma hacendaria y la energética van de la mano, y continúan en la línea neoliberal de hacer más ricos a los que ya lo son y más pobres a los que ya tienen carencias.
El discurso del PRI no lo expresa de esta forma, pero no es difícil entender su verdadera intención. Por ello no sorprende que sean puntos clave del dichoso “Pacto por México”. Para los priistas y los “pragmáticos”, defender la soberanía nacional y mantener a PEMEX en manos de los mexicanos es cuestión de ataduras y “aferramiento ideológico”, pero también es cuestión de favorecer el enriquecimiento personal y de sus socios, en detrimento de la economía de los mexicanos.
Lo habían advertido tanto el Partido del Trabajo como Andrés Manuel López Obrador
Con información de: Proyecto Ambulante
