Joanna Rubio (JR): Lydia, buenas noches bienvenida a la FIL y gracias por compartirnos un poco de tu tiempo. Para comenzar ¿podrías hablarnos del doble peligro que es ser mujer y ser periodista en uno de los países más violentos del mundo?
Lydia Cacho (LC): No solamente es peligroso ser mujer y ser periodista en México, es peligroso ser una mujer que toma muy enserio la defensa de los derechos humanos propios y de las otras, esto sí hace una diferencia importante. En segundo lugar hay una parte del periodismo de investigación que estamos haciendo las mujeres periodistas en México y en otros lugares de Latinoamérica que sin duda tiene un sesgo importante que ha puesto sobre la mesa ciertos temas y ciertas perspectivas que no tenía antes el periodismo de investigación.
Juan Villoro lo decía claramente: tiene que ver con estos valores culturales y con la noción de las mujeres de proteger la vida, esto no significa que todas las mujeres seamos buenas, sino que social y culturalmente las mujeres tendemos mucho más a proteger y a valorar la vida, que muchos de los hombres que a partir de hacer periodismo de investigación pueden convertirse en personas sumamente cínicas para proteger sus emociones, porque el periodismo de investigación constantemente te expone a transformaciones emocionales muy importantes, infringe trauma muchas veces, y te deja en estados de estrés postraumático permanente, sobre todo en un país como México donde estamos documentando el dolor social, la violencia sistemática, la tragedia; las mujeres si lo abordamos de una manera distinta, entonces ser mujer periodista en México se hace bastante más complejo en muchos sentidos, yo sigo hasta la fecha recibiendo un salario menor en los periódicos que los hombres famosos, es decir, yo tengo una amplia gama de reconocimientos internacionales, y todos los hombres periodistas, columnistas de El Universal recibían mejores pagos que yo como columnista, es decir la discriminación de género sigue vigente en muchos medios no en todos, pero a partir de ciertos estratos sigue la discriminación de género muy claramente y quienes además la denunciamos pues por supuesto que acabamos fuera de los periódicos.
JR: En la conferencia que junto al Director de Artículo 19 en México, Darío Ramírez, el periodista diego Petersen, el activista Mario Silva y el presidente de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU), Alberto Galarza, dieron en la FIL, mencionó usted algo muy importante respecto a la organización de la marchas y lo indispensable que es convertirnos en un ente político, siguiendo esta línea ¿qué sigue con respecto a las marchas en el Distrito Federal?
LC: Yo vivo en Quintana Roo y veo las marchas de Jalisco, Puebla, Sinaloa y las del Distrito Federal, yo creo que lo que está sucediendo en la capital del país es muy importante, pero no debemos olvidar que todo el país tiene sus propias marchas, lo que sí creo es que en la capital se ha logrado que ciertos contingentes se capaciten y se especialicen mejor en el tema de los protocolos de seguridad, lo movilización es importantísima y es indispensable pero necesita reglas, estructura y protocolos.
Los protocolos de seguridad no solo tienen que ver con estar segura a un lado de quien estés marchando segura por tu propia integridad y la de la gente que está a tu alrededor, también tiene que ver con aprender a marchar y estar con los y las demás, hay un proceso de socialización de las necesidades individuales y colectivas en la protesta y en la marcha, cuando tomamos las calles en grupo, por ejemplo esto de sujetarse siempre todos de las manos, toda la gente del grupo con el que utilizar el mismo color de camiseta, saber quiénes van a ser las personas que van a estar en la orillas y porque, los que traigan bebes que no lleven carriolas, que no traigan mochilas ya que todas las autoridades las consideran inmediatamente como peligrosas por que pueden dentro de ellas armas punzo cortantes, piedras, palos o incluso bombas molotov, entonces hay ciertas reglas que se conocen en el mundo y que tenemos que aprender a utilizar, es decir, nos tenemos que proteger entre nosotras y nosotros mismos, profesionalizar la protesta social y demostrarle al Estado que somos capaces de tomar las calles de una manera en la que vamos expulsando naturalmente a los grupos que pueden ser los grupos que inserta el Estado para que revienten las protestas y hacer un grupo para inmovilizar a estos chavos, siempre he dicho que las personas que sabemos judo deberíamos crear una estrategia para solo inmovilizarlos sin causar violencia, y por otro lado están los chavos y chavas que están inmersos en los grupos anarquistas que proponen la violencia como única salida y a ellos también habrá que aislarles, ellos también tienen derecho a hablar pero en el momento en que ellos exponen a un grupo de personas, como sucedió en el Distrito Federal con el presidente de la Red de los Derechos de la Infancia, venía con sus niños y niñas en el Zócalo y a ellos los encapsularon y los golpearon brutalmente, todavía esta sanando las heridas que sufrió al lanzarse para proteger a sus hijos, es decir, si hay gente que siempre va a estar intentando reventar las protestas, algunos porque creen que es su derecho ejercer violencia y otros porque consideran que la mejor manera para atemorizar a la gente para que no salga a las calles es justamente asustándola a través de la violencia de Estado.
JR: Claro, estoy completamente de acuerdo, ahora contextualizando la participación que el Presidente la Federación de Estudiantes Universitarios, Alberto Galarza, tuvo con usted en la discusión “Ley Anti-Marchas” ¿cuál crees que sea la responsabilidad de los universitarios ante la situación de violencia que se vive en el país?
LC: En primer lugar a mí me encantó la idea de que sean estudiantes y gente que pertenece a la Universidad de Guadalajara la que organizó este evento, es decir no fue una reunión que surgió de un grupo de un grupo de intelectuales que creyó que iba a venir a hablarles a las y los jóvenes para decirles como se hacen las cosas, fue una idea de gente que está en el propio movimiento social juvenil y a mi parece que esta fue la condición sine qua non para entrarle a esto, y lo segundo es que, yo estoy viajando mucho por todo el país y en casa en todas partes me reúno con estudiantes universitarios y a veces hasta de preparatoria y con esto entiendo que hay una gran decepción ante la situación del país, hay muchísimo miedo pero también hay mucha rabia, y lo que yo creo que la gente joven tiene grandes opciones para rescatar al país; la regla número uno es convertir la rabia en indignación, y la indignación en estrategia política, y me parece que por ahí va la tarea siguiente, es decir ya lo entendimos ya el país está indignado ya millones de personas jóvenes están furiosas por lo que está pasando, ahora que vas a hacer tú individualmente con esa rabia con esa furia y hacia donde la vas a llevar, esa es la siguiente la tarea, como articulas tu propio discurso.
JR: Muchas gracias, y para finalizar ¿podrías hablarnos de tu experiencia en la FIL? ¿Es un evento que realmente acerca a la sociedad a la lectura o es por el contrario un evento elitista?
LC: Mi experiencia en la FIL me dice todo lo contrario. En primer lugar yo compré ahorita libros que mucho más baratos que las que encuentro en librerías comunes y corrientes, esa sería la primera aclaración de mi experiencia personal; este año cumplo 15 años viniendo a la FIL, y he encontrado aquí a autores y a libros y a editoriales a las que normalmente no tendríamos acceso las y los mexicanos, sobre todo editoriales científicas o que publican a filósofos y académicos de otros países que son prácticamente inaccesibles, pequeñas editoriales pequeñas maravillas que no se encuentran en ningún lado. Elitista yo no lo veo así, yo he estado en eventos de la FIL durante años, y vengo a la FIL y hago presentaciones ya sean mías o de alguien más y todos los años vengo y hablo con los chavos y chavas y tienen unas preguntas brillantes, se prenden discuten argumentan se ríen, me parece que la FIL es un fenómeno de integración social importantísimo no lo encuentro nada de elitista, me parece que es justamente lo contrario.