(18 de mayo, 2015).- Nestora Salgado está decaída, deshidratada, lleva 13 días sin probar alimento. A pesar de todo, su ánimo no cae, al contrario, está dispuesta a seguir en la lucha. Así se los dijo a sus familiares cuando la visitaron el día de ayer en el Penal de Máxima Seguridad de Tepic.
“Lo que quiere es su libertad. Como dice ella, está cargando una culpa que no debe”, explica su hermana Cleotilde Salgado en entrevista telefónica con Revolución TresPuntoCero.
Como si el hambre y el silencio en el que vive Nestora no fuesen suficientes, las autoridades del penal han decidido torturarla psicológicamente: desde que inició su huelga de hambre la obligan a ir al comedor.
“Van y me ponen un plato enfrente, toman fotos para decir que sí me dan de comer. ¿Cómo es posible? Saben que tengo hambre, que quiero comer”. Al recordar las palabras de su hermana, Cleotilde pierde la voz.
Al igual que Cleotilde, Nestora ha tenido momentos de duda, de debilidad. “En una ocasión, por la mucha hambre que tenía, estuve a punto de comerme un pan. Cuando se dieron cuenta, me llamaron para quitármelo. Dijeron que si ya estaba en huelga de hambre, que entonces no podía comer. Me dio mucha pena, pero yo tenía hambre”.
Para Nestora, el apoyo de la ciudadanía es primordial. A través de su hermana envía un mensaje a todas las organizaciones que en estos meses han sido solidarias con su causa: “No dejen de apoyarme. Si el pueblo presiona, el gobierno se ve acorralado”.
Debido al respaldo que ha recibido la comandante en diferentes puntos del estado de Guerrero, la esposa del gobernador Rogelio Ortega acudió al penal para pedirle que detenga la huelga. “Le dijo que el gobernador ya estaba viendo cómo podía ayudarla, que se desistiera porque la huelga le hará daño”, explica Cleotilde.
Ante la propuesta de Rosa Isela Ojeda, Nestora fue firme: “Quiero resultados, no promesas”.