El lamentable estado de la economía mexicana, producto de la mala administración federal de este sexenio, provocó que la pobreza aumentará en el país, como consecuencia a su vez del aumento en el precio de los alimentos y el impacto de la crisis de 2008 cuyo efectos aún no se han diluido. La pobreza, no la fuga de “el chapo”, es el problema más lacerante del país y se le está dejando totalmente de lado. La última medición oficial, la del 2012, mostraba que al arrancar la gestión de Peña Nieto 53.3 millones de personas en el país se encontraban en condiciones de pobreza, de las cuales 11.5 millones presentaban pobreza extrema. Con inseguridad alimentaria grave están 11 por ciento de los habitantes del país y ni siquiera pueden comer tres veces al día. En contraste, el 20 por ciento más rico de la población acapara el 53% de la riqueza del país.
Los problemas más agudos que se enfrentaban –y persisten- eran la falta de acceso a la educación, salud, vivienda, alimentación y seguridad social. Y aún así, el gobierno no lo percibe como una máxima prioridad. En unos días más, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (Coneval) dará a conocer oficialmente el nivel que ha alcanzado el incremento de la pobreza en el país. La causa principal de esto es que el poder adquisitivo de las familias no se ha podido recuperar. Al menos desde el año 2007, lo precios de los alimentos comenzaron a subir, a lo que se sumó los efectos de la crisis del 2008 y la volatilidad de precios. El hecho lamentable es que los ingresos y el poder adquisitivo de las familias bajo, lo que impacta en el crecimiento de la pobreza.
En lo que va de la administración de Enrique Peña Nieto, el poder adquisitivo de las familias se ha reducido, acumulando al menos 30 años en esa negativa dinámica. El Banco Mundial, en su reporte “Prosperidad compartida y erradicación de la pobreza en América Latina y el Caribe”, subraya que “la pobreza no ha disminuido en los últimos 20 años. Una medición basada en el ingreso muestra que la tasa de pobreza en México es la misma que en 1992”. De acuerdo con los datos del BM, el número de mexicanos en extrema pobreza –con un ingreso diario que es insuficiente para adquirir una canasta básica alimentaria- se ubicó en 23.1 millones de personas, la cifra más elevada desde 1988. En tanto, en la clasificación de “pobreza moderada” se encuentra un universo de 61.4 millones de mexicanos, la mayor cantidad desde 1996.
Para los legisladores de oposición, no se vislumbra ninguna mejora en los resultados del combate a la pobreza, que lleva a cabo el gobierno federal. El coordinador del PAN en San Lázaro, Marcelo Torres Cofiño, adelantó que no se prevé mejoría alguna en este indicador social por las “erráticas políticas públicas” que ha llevado a cabo el actual gobierno.
AJUSTAR POLÍTICAS: IP
Para el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) es indispensable acelerar y facilitar la instrumentación de las reformas estructurales para que se eleve la inversión y el empleo, así mejorar el ingreso de los hogares mexicanos. Para tal efecto, dicen, es necesaria la disponibilidad de autoridades y empresas de hacer ajustes a las políticas públicas que permitan un desempeño más eficaz del aparato productivo del país.
El CEESP pugna por revisar la reforma hacendaria, así como la energética o cualquier otra, y hacer cambios si así se requiere. “Será un factor clave en el impulso económico”, subrayó. También destacó que es fundamental que las instituciones que se encargan de establecer las leyes y aplicarlas lo hagan con mayor eficiencia, de tal manera que no haya posibilidad de generar un ambiente de incertidumbre para el capital.


