Por: Zazil Carreras
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Un informe de la consultora Havas Worldwide entre ciudadanos de 31 países muestra que cada vez dan más importancia a las empresas y menos a los gobiernos en labores medioambientales y sociales.
El informe revela un alejamiento de los ciudadanos respecto a la actividad política tradicional impulsada por los gobiernos, en favor del trabajo conjunto entre ciudadanos/consumidores y empresas.
En comparación con la población en general, de los prosumirodres (productores/consumidores) sólo el 39% de los encuestados confía en su gobierno federal, el 42% en su gobierno local, el 45% en las organizaciones religiosas, el 51% en los nuevos medios y el 59% en las ONG.
El 61% afirma que cree tener más influencia como consumidores que como votantes y el 64% cree que es mejor ciudadano alguien que recicla regularmente, aunque no vote en cada elección.
Una gran mayoría de los encuestados considera que las empresas deben jugar un papel fundamental en relación al cambio climático, el cambio social, el comportamiento ético y en general a resolver los problemas de la sociedad.
Tres cuartas partes de los prosumidores (consumidores-productores) y la mayoría de los consumidores convencionales les gustaría que sus empresas y marcas preferidas desempeñen un rol más importante en sus comunidades locales.
Y es que diversas compañías locales han descubierto lo que a diversos gobiernos se les ha olvidado: a las personas les gusta participar en acciones que beneficien a su país.
Aquí el ejemplo de algunas empresas que han descubierto que las ventas mejoran cuando se involucra a la sociedad en acciones públicas:
A través de su Imagine Cup, Microsoft está apoyando FlashFood, una aplicación para redes sociales que conecta restaurantes, empresas de catering y otras empresas de servicio de alimentos con organizaciones comunitarias que dan comida a los hambrientos, para que puedan llevarles la comida que les sobra cada día, y así desperdiciar menos alimentos.
La marca de limpieza de baño Harpic, de Reckitt Benckiser, está trabajando con Save the Children para construir y reparar las instalaciones comunitarias de aseo en las partes de la India, Estados Unidos, en donde es más necesario.
La marca de cerveza Dos Equis, la de equipamiento CamelBak, y otras participan mediante el patrocinio de Tough Mudder, la prueba deportiva de obstáculos diseñada por las fuerzas especiales británicas para probar la fuerza de los participantes, su resistencia, su fuerza mental y su capacidad de trabajo en equipo. Los eventos, que han recaudado más de 3 millones de dólares para veteranos de guerra, se han expandido más allá de los EE.UU. a Canadá, Europa y Australia.
En China, Volkswagen ha puesto en marcha “Movilidad azul”, una aplicación móvil para el coche que analiza la conducción de los usuarios en tiempo real y les proporciona sugerencias y consejos sobre cómo reducir el uso de combustible. En los primeros tres meses, la aplicación fue descargada más de 1 millón de veces y supuso un ahorro equivalente a la gasolina necesaria para conducir unos 90.000 kilómetros.
Contribuir al bien común no tiene por qué implicar compras, por supuesto, y The Guardian comprobó este hecho cuando reclutó brigadas formadas por más de 20,000 voluntarios que analizaron más de 700,000 documentos en busca de irregularidades financieras cometidas por integrantes del Parlamento en el Reino Unido.
La brecha de división entre ricos y pobres también es algo que empresas específicas tratan de combatir.
En la India, Max Life Insurance (empresa de seguros) promueve “iGenius”, un programa que busca niños con grandes aptitudes para los estudios, los deportes y las artes, para asegurar un futuro mejor para ellos.
La Fundación IKEA está trabajando con la ONG Lucha por la Paz para abrir academias deportivas en todo el mundo. Las academias combinan boxeo y artes marciales con la educación y el desarrollo personal para ayudar a los jóvenes de comunidades con alta criminalidad a que desarrollen todo su potencial.
Whole Foods controla los salarios de sus trabajadores y las bonificaciones de sus directivos para garantizar que ningún ejecutivo cobre más de 19 veces el salario medio de los trabajadores de la empresa.
Este tipo de acciones que desarrollan empresas particulares tienen, además, la virtud de demostrar a los gobiernos que con mucho menos presupuesto del que los países poseen, se pueden hacer mínimos ajustes que, sin representar un sacrificio, los beneficien tanto a ellos como a la sociedad que de ellos consume.
Seguramente la implementación de políticas similares a niveles gubernamentales sería un gran éxito, es justamente el 64% de las personas que creen que reciclar es mejor que votar el porcentaje que tanto partidos como políticos tienen que convencer a través de acciones de gobierno que los involucren y beneficien. Reciclar, pintar bardas, barrer la calle, participar en brigadas comunitarias o cualquier tipo de actividad similar a cambio de una reducción aunque mínima en el pago de impuestos de los ciudadanos que participen, por ejemplo, podría generar un interés mayor en la ciudadanía por mantener a los políticos útiles e innovadores en sus puestos y no alejarse de la vida electoral sin más, como sucede actualmente en México.