El altruismo, que podría definirse como la capacidad de ayudar a otro sin ningún beneficio, y a veces corriendo riesgos, es un rasgo de la personalidad humana que motiva conductas como la solidaridad y la generosidad. Aunque ya en 1976 Richard Dawkins había formulado una teoría explicando el altruismo como un mecanismo evolutivo que aumentaba las posibilidades de supervivencia entre grupos familiares, estudios recientes apuntan a un posible origen genético de este tipo de conductas.
En un experimento con niños pequeños, el antropólogo alemán Felix Warneken descubrió que a partir de los 18 meses los seres humanos ya muestran conductas altruistas, ayudando a otras personas a completar las tareas que están realizando. Aunque no deja de haber factores sociales que motivan las generosidad –como la presión social y el cultivo de una reputación–, se ha encontrado que existen áreas específicas del cerebro que se activan cuando las personas actúan con generosidad.
Con información de Quo