(20 octubre, 2015).- El camino con miras al 2018 suena lejano pero la realidad es que la batalla ha comenzado. El punto de partida es el tercer informe de gobierno de Enrique Peña Nieto, el pasado mes de septiembre donde se asomaba el miedo de la oligarquía “gobiernos populistas” que penetraban como humedad desde las redes sociales para influir a base de proselitismo y ofrecimientos insostenibles al pueblo, -palabras más palabras menos-, lo que sí fue textual es su frase de: “En México hay una crisis de confianza hacia las instituciones”.
El contexto en el que fueron expuestas estas ideas de Peña se dio en el punto más bajo de la popularidad del mandatario y en un notable despunte del candidato presidenciable Andrés Manuel López Obrador, cabeza del Movimiento Regeneración nacional.
Enrique Peña Nieto cayó siete puntos porcentuales al pasar de 51% en 2014 a 44% en este año, revela una encuesta del Pew Research Center de Estados Unidos, que agrega que el mandatario mexicano está reprobado en temas como educación, economía, corrupción y combate a la delincuencia organizada.
“Sólo 35% de los mexicanos piensan que Peña Nieto está haciendo un buen trabajo en la lucha contra la delincuencia organizada y contra los cárteles, comparada con 53% en 2014”, información emitida en agosto pasado.
Por otro lado el Latinobarómetro 2015 (es una organización sin fines de lucro responsable de la realización de una encuesta anual de opinión pública que involucra a unos 20.000 entrevistas en 18 países latinoamericanos), rebeló que en México, el 26 por ciento opina que el gobierno de Enrique Peña Nieto es muy o algo transparente, mientras que 72 por ciento tiene la creencia de que es poco o nada transparente.
Días después el jefe del ejecutivo asistiría a la Cumbre de las Naciones Unidas en Nueva York donde los temas centrales eran la pobreza, seguridad y derechos humanos. A cuestas llevaba la bandera de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa y las cifras truqueadas de pobreza en México, donde su mejor argumento era decir que la pobreza extrema había reducido, pero la pobreza en general dio un brinco en sus dos primeros años de mandato.
Con las crecientes desigualdades, con una crisis económica mundial que no cede y con la frustración social que esto provoca, el mundo hoy está expuesto a la amenaza de los nuevos populismos. Nuevos populismos de izquierda y de derecha, pero todos riesgosos por igual” dijo el mexiquense en la 70 Asamblea General de la ONU, donde no dio nombres, sin embargo, de acuerdo con los especialistas es un mensaje claro ante la imagen de Andrés Manuel López Obrador, quien ha vuelto a crecer electoralmente.
Tras una encuesta telefónica realizada a 600 personas mexicanas, AMLO aparece en primer lugar de entre 16 posibles presidenciables.
El estudio fue levantado por Opinión Pública, Marketing e Imagen, una casa encuestadora que dirige Desiderio Morales, del 21 al 23 de septiembre pasado, a esta se suman otras más que apuntalan al tabasqueño.
En el sondeo aplicado a hombres y mujeres, llevado a cabo en las 32 entidades de la república, al preguntar en forma espontánea, ¿Quién le gustaría que fuera el próximo Presidente de México?, el 7.5 por ciento respondió que Andrés Manuel López Obrador.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) consideró que México enfrenta un grave problema de atraso por los niveles de pobreza y desigualdad alarmantes, por lo que el país está estancado desde hace 30 años. (información emitida en agosto asado).
De acuerdo a datos obtenidos del Banco Mundial y del Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), que mide la pobreza en México se sabe que Una de cada tres personas que vive en pobreza extrema en América Latina vive en nuestro país.
En México, el número de personas en pobreza extrema se sitúa en 11.4 millones de personas, de acuerdo con datos del Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), el organismo responsable de la medición de la pobreza.
Ello significa que 33 por ciento de las personas que viven en pobreza en Latinoamérica, prácticamente uno de cada tres, son de México.
El caldo se cocina complicado de nuevo para una alternativa gubernamental institucional; ¿será que estamos viendo el génesis de un nuevo fraude electoral para el 2018? Los elementos están sobre la mesa, es cuestión de destapar los ojos y exigir lo más fundamental de una democracia que es el voto.
Recordar el “peligro para México”, pues ahora se llama populismo y ahora hasta los más independientes reverberan esa palabra, no vaya a ser que salga otro candidato como de paquete de muñeco nuevo en aparador con la etiqueta de independiente.