Luego de tres días de protestas ciudadanas en contra del aumento en el precio de los energéticos, el populista Boiko Borisov renunció a su cargo de Primer Ministro de Bulgaria. Borisov es una más de las víctimas políticas que ha cobrado la crisis económica europea.
Veinticuatro horas antes de su dimisión, el mismo Borisov descartó dejar el cargo. Ahora, aunque no se presentó frente a los medios, explicó mediante un comunicado que no podía continuar al frente de “un gobierno en el que la policía se enfrenta con los ciudadanos”
Mañana se formalizará la renuncia del Primer Ministro en el parlamento de Sofía. El jefe del grupo parlamentario GERB (Ciudadanos para Desarrollo Europeo de Bulgaria), Krasimir Velchev, admitió que sus diputados votarán a favor de la moción.
“Hay unanimidad en nuestro grupo – no podemos permitir que el nombre de GERB esté relacionado con la violencia callejera”, señaló Velchev en referencia a los enfrentamientos entre manifestantes y las fuerzas del orden, que han tenido como consecuencia unos 25 heridos y detenidos.
La oposición socialista boicoteó una sesión del Parlamento y, posteriormente, declaró a través de su líder Sergei Stanishev que mañana votará contra el Gobierno. Lo mismo declaró el partido de la minoría turca del país.
El proceso para reestablecer el orden en los más altos niveles del gobierno búlgaro parece complejo y puede ser largo. Rosen Plevneliev, presidente de Bulgaria, debe encargar la formación del nuevo gobierno hasta tres veces, comenzando por el partido de mayor presencia parlamentaria (el GERB), luego el segundo (los socialistas) y, por último, cualquier otra agrupación.
Si fracasara cualquiera de estos intentos (de siete días cada uno), el presidente procedería a disolver la Cámara, convocaría elecciones y designaría un Ejecutivo técnico interino, quien prepararía los comicios para celebrarse alrededor del mes de abril.
Las protestas ciudadanas continuan, aún después de la renuncia de Borisov. Cerca de dos mil personas se manifestaron en Sofía en contra del Gobierno.
Ha habido un cambio importante en los motivos que mueven las marchas. Si bien, en un principio, la ciudadanía se manifestó en contra de los precios de los energéticos, ahora las consignas son en contra de la clase política, a quienes culpan por la miseria que reina en el país.
El gobierno de Bulgaria no es el primero que cae por la crisis europea. Muchas otras naciones del continente han presenciado la dimisión de sus líderes o, incluso, las derrotas electorales de partidos que habían estado por mucho tiempo en el poder.