Por: Estela Garrido
Twitter: @StelaGarrido3_0
Eva corre apresurada, sube las escaleras de la estación de metro Coyoacán, cruza avenida Universidad y camina con velocidad hacia su trabajo, Fernández Editores, ubicado en el Pueblo Xoco, muy cerca de la Cineteca Nacional.
Equilibrando su bolsa, el grueso libro en turno, y el desayuno –un licuado envasado sabor moras–, se registra “rayando” la hora de entrada a la editorial, la cual tiene publicaciones desde nivel preescolar hasta bachillerato.
Egresada de la Escuela Nacional de Artes Plásticas (ENAP), Eva Paz ha trabajado en el departamento de diseño de diferentes editoriales. “Muchas veces como ilustrador no te consideran como autor ni coautor. Te reconocen el trabajo, pero no te pagan regalías como al autor del texto”, explica la ilustradora.
Lentes, cabello asimétrico, botas y paraguas, Eva comenta que es difícil el campo para las mujeres ilustradoras, debido a que no se reconoce su talento. “Pues que todavía le dan más preferencia a los hombres, y justo en el giro editorial es donde más marcada se ve la tendencia”.
Además de trabajar formalmente para la editorial, Eva, de 31 años de edad y más de cinco de experiencia, también hace trabajos freelance para otras publicaciones.
“En muchos lugares ni siquiera aparece tu nombre, pero bueno, gajes del oficio. Se supone que ya se está organizando una asociación de ilustradores… en fin, no creo que solucione nada”.
De comentarios agudos y sarcásticos, Eva igual denuncia la discriminación de género, que ríe a carcajada abierta cuando recuerda los conflictos laborales de los que ha salido avante, “imagínate, ¡me pidieron prueba de embarazo para contratarme!”, se carcajea mientras guarda sus cosas, cierra su computadora y se prepara para salir del trabajo.