Zazil Carreras / @Zazil3_0
NOTA DEL EDITOR: El 10 de mayo, siete madres y un padre de familia comenzaron una huelga de hambre frente a las instalaciones de la Procuraduría General de la República, en la Ciudad de México, para exigir que las autoridades investiguen los casos de sus familiares desaparecidos.
REVOLUCIÓN TRESPUNTOCERO publicará, desde el 15 hasta el 24 de mayo, el perfil de cada madre y padre que han decidido ayunar contra la indiferencia.
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Es la primera vez que se priva de alimentos, pero no es novata en las huelgas de hambre. Cuando supo por primera vez de un grupo de madres que, como ella, buscaba a sus hijos desaparecidos, ella acudió en su apoyo. Les brindó apoyo moral, les contó su historia y las abrazó como hermanas. Entonces eran apenas dos ayunadoras; ahora, con ella, son 8 y el que hayan hecho un equipo le hace pensar que un día podrá cantar victoria.
Es Nancy Raquel Rosette Núñez, quien busca a su hijo Elvis Axell Torres Rosete, de 17 años. Lo vio por última vez el 26 de diciembre de 2010, cuando celebró con él su último convivio en un centro de rehabilitación, antes de ser dado de alta. Entonces, Nancy aún sonreía.
Tres días después, el 29, desapareció rumbo a Matamoros, Tamaulipas, a donde viajaba en compañía de dos jóvenes, quienes viajaban por órdenes del director para recoger a una persona que ingresaría al centro. Se esfumó, como si no fuera de carne y hueso.
Antes de la desaparición de Axell, Nancy trabajaba en una gasolinera, estudiaba la preparatoria y se dedicaba al hogar. Era una persona sonriente, con entusiasmo e interés por la escuela. La vida le cambió de un momento a otro.
“Después de lo de mi hijo ya no, ya no tengo vida. Es mi único hijo y mi única razón por vivir. Ya no trabajo, ya no estudio, mi casa no es la misma y mi actividad es dedicarme a buscar a mi hijo, hasta encontrarlo”, dice, mientras sostiene una foto de Axell.
A pesar de que Nancy define su búsqueda como un fracaso, su rostro refleja una contradicción: su mirada es firme, como es firme su determinación por convertir en éxito la búsqueda de su hijo.
Ha ganado varias batallas: logró audiencia con Felipe Calderón y su esposa; con el procurador general de la República, Jesús Murillo Karam; con el Ejecutivo federal Enrique Peña Nieto. Pero no ha podido ganar la guerra: hasta la fecha, nadie le ha ayudado.
“No hay nada, sigo en búsqueda. Son 2 años, 4 meses y días en los que no encuentro nada”, comenta Nancy, frente a las instalaciones de la PGR.
La lucha que empezó sola, ahora la hace acompañada: ha estado ya en dos campamentos, ha encontrado en las madres y padres en resistencia a su familia. Entre todos se apoyan, incluso cuando se enferman.
“Es difícil convivir con diferentes maneras de pensar, pero el dolor nos mantiene unidos, nuestros hijos nos mantienen unidos”, asegura.
Para llegar a la Ciudad de México ha contado con el apoyo de su hermana, quien a pesar de ser madre soltera, le apoya con un poco de dinero de vez en cuando, además de que ha recibido ayuda por parte de la Asociación Mexicana de Niños Robados y Desaparecidos, quienes la han apoyado, pero hasta ahora, todo ese esfuerzo no ha sido suficiente.
“Y seguiremos luchando, no hay forma en la que nos movamos y seguiremos aquí juntos”, dice Nancy, con voz triunfalista. Dentro de ella cabe la convicción de que, pronto, ganará y logrará que Axell vuelva a sus brazos.