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Revocación de mandato: el T. Rex espantado…

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Como calentando y midiendo fuerzas para la infinity war en torno a la reforma energética de AMLO en la arena legislativa, los opositores al gobierno federal están haciendo maniobras que rayan en lo ridículo. En otro Luminol habíamos formulado escenarios de las posibles tácticas de la derecha ante el complicado problema que tienen enfrente: la revocación de mandato. Planteábamos que una de sus alternativas era ir midiendo el termómetro de la opinión de las audiencias, mientras se las arreglaban para seguir devaluando sí o sí la imagen del mandatario al margen de la decisión última de promover o no la consulta. Lo que no pensamos es hasta dónde eran capaces de llegar en este circo de dos pistas…

López Obrador acaba de lanzar un dardo ponzoñoso al declarar que aunque no se alcanzara la cuota padronal del 40% de participación, si los votos en contra de su continuidad ganan, él se hará a un lado. Esto ha puesto a sudar frío a los enemigos de su gestión, a juzgar por las acciones y reacciones que han estado manifestando. La verdad es que en este país -y no creo que en otros sea muy distinto- el asunto de las encuestas está muy desprestigiado, y yo no les creo por sí mismas, sean adversas o favorables a mis afinidades políticas, pues una de las enseñanzas de esta pandemia ha sido la confirmación de aquella prudente sentencia del economista Ronald Coase: “Si torturas lo suficiente a las estadísticas, éstas terminan confesando”. Bajo tal perspectiva, cualquier medición publicada debe ser motivo de desconfianza, y son aspectos cualitativos contextuales – hechos o comportamientos de los actores involucrados en una situación- los que nos permiten evaluar su grado de validez. En este maltepe escort caso, los partidarios de la “Cuarta” han estado blandiendo una encuesta de Parametría -datada hace escasos días- que da un 73% de aprobación al Presidente. Repito, tratándose de un “estudio” estadístico yo me lo tomo con reserva, pero las conductas de los odiadores del Ejecutivo parecen darle una buena carga de credibilidad a las cifras de la agencia de Francisco Abundis.

Aunque las leyes secundarias sólo requieren de la mayoría simple, una vez aprobada con todo y pregunta la iniciativa de Morena en la Cámara de Diputados sobre la revocación de mandato, aún así Monreal hizo de las suyas y se prestó a una negociación con el bloque antagónico anti-AMLO en el Senado -a pesar de un consenso ya establecido- con el objeto de “evitar judicializaciones” y pleitos legaloides.

Pues la jugada de Monreal valió para dos cosas: nada y pura chin%&@

El jueves 14 de octubre los Coordinadores Parlamentarios de Va por México, Rubén Moreira, Jorge Romero y Luis Cházaro, se pasaron por donde les suda al sentarse mucho la aprobación prácticamente unánime que sus partidos aceptaron en el Legislativo, arengando que se trató de una “imposición”. Su movida fue presentar una controversia constitucional ante la SCJN, cuyo alegato parece ser más que otra cosa el remate de la pregunta que -hay que reiterarlo- ellos mismos aprobaron.

“¿Estás de acuerdo en que a (nombre), presidente/a de los Estados Unidos Mexicanos, se le revoque el mandato por pérdida de confianza o siga en la presidencia de la Republica hasta que termine su periodo?”

La parte que resalto en negras es la que ahora les provoca repelús, y se entiende: quieren borrar del campo perceptivo de los votantes cualquier elemento verbal que haga contrapeso al contenido referente a la “desconfianza” y sugiera la opción de la continuidad.

No sólo eso. Romero amagó con que “los números que les dio la gente” les permiten armar controversias constitucionales cuando se les antoje obstruir iniciativas presidenciales “impositivas y abusivas”. Y es cierto, la ley se los otorga. Ese es el nuevo plan que viene de los cuarteles de Gustavo de Hoyos, Claudio X. González et al. Ahora bien, ¿por qué esos bandazos en cuanto a la revocación, al grado de contradecirse de forma tan penosa ante la opinión pública? Todo apunta a que se trata de aquel escenario que precisábamos en ese anterior Luminol: todos los días tienen que valorar si les conviene o no la consulta, a través de sus propias tecnologías de diagnóstico, pues dado lo sensible del asunto no pueden dar pasos en falso, aunque ello les implique tambalear frente a los ojos de sus propias bases en la población. Así, se hacen de un “guardadito” de credibilidad actuando, por un lado, a favor de los mecanismos de democracia participativa, pero por otro lado saboteándolos. Este desconcierto bien puede tomarse como un indicador de que aún siguen indecisos, aguantando hasta el último segundo como el portero que espera un tiro penal. Más aún, parece que sus propios cálculos sobre la imagen del Presidente no les cuadran, y en plena ansiedad se proponen sacarse “del orto”, como dicen los argentinos, cuantas controversias constitucionales hagan falta.

Ahora sí, considerando que los poderes derechistas no demuestran tener tanto miedo a la vergüenza provisional como a una eventual ratificación del mando del “mesías”, podemos bien darle un amplio margen de confianza a los resultados de Parametría…

Y de los “argumentos”, pues bueno… Romero habla de “los números que les dio la gente”, como si la mayoría de Morena en el Congreso hubiera salido de marcianos o fantasmas. Siguen hablando de “imposiciones” con un descaro inaudito. ¿A qué rincón del depravado cerebro sin oxígeno de cuantos electores se dejen engañar dirigen el retorcido sermón de que algo que ellos mismos acordaron les fue “impuesto”? Claro, el Pacto por México, que con carambolas de tres bandas y una simulación de notoria utilería logró ensartarnos las reformas estructurales neoliberales, no iba de autoritarismo ni imposición abusiva. No hubo cercos a un kilómetro o más de San Lázaro para evitar que se aglomeraran las protestas sociales contra la reforma energética, ni soldados apostados en cuanto congreso estatal perpetraba la reforma educativa. Todo eso fue un lindo y ejemplar ejercicio democrático. Pero la mayoría de Morena es… un instrumento totalitario que quién sabe de qué fuerza maligna surgió… quizá de Pazuzu o Slenderman.

Por el momento, sólo se puede concluir que están angustiados, y que asistimos a sus ensayos de laboratorio para la batalla por la energía que aguardamos con expectación; a muestreos de las argucias legales y otros enredos de mequetrefes con los cuales van a querer rescatar los grandes negocios que succionan los bolsillos de los ciudadanos de a pie. Pero recordemos: un animal asustado puede tornarse peligroso, y aquí hablamos de un Parque Jurásico entero, apla$tante, con todo y T. Rex. Basta ver como ya enviaron a emisarios de “lobby” a mostrarles los billetes a los príístas que están ofertando caro su amor o bien le temen al botellón…

Tenemos que estar unidos para resistir.

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