‘La violación en el matrimonio no existe. El cuerpo de la mujer se supone debe satisfacer a su esposo cuando él quiera; y si ella no quiere, no se le debe culpar por buscarlo en otro lado’.
Estas son las palabras de mi profesora de química en una escuela femenil católica privada. Ella citó muchos versículos de la Biblia para sustentarlo. Yo estaba muy confundida y a la vez, bastante segura de que eso era falso. Yo no tenía ningún sustento bíblico ni de ningún tipo sobre el tema. Solo un claro sentido de lo que es correcto.
-¿Pero qué tal si yo, como esposa, me siento mal o cansada y simplemente no quiero nada de sexo?, pregunté.
—‘Ah, tú vas a ser una de esas mujeres de “me duele la cabeza”, ¿Verdad? ¡Pues te tomas un analgésico y cumples con tu rol de esposa!, me gritó, y la clase entera estalló en risas.
-¿Aún si peleamos y estamos enfadados los dos? ¿No tengo derecho a no querer sexo? Vaya. Eso suena terrible.
—‘Miren alumnas, como dije, si privan a su esposo de sus derechos matrimoniales, no se enojen cuando otra sí esté dispuesta a darle lo que ustedes no pueden’.
Así terminó la primera discusión sobre violación matrimonial que tuve. Casi quince años más tarde, sigo oyendo, horrorizada, el eco de la voz de mi profesora en voz de muchas otras personas. Especialmente mujeres.
Mi postura ante lo equivocado de esta actitud se ha cargado de más fuerza.
El matrimonio simplemente no te da derecho sobre la otra persona, ni es sinónimo de perder tu individualidad.
A pesar de que el tema se ha debatido mucho más en años recientes ya la religión no es la única fuente de justificación ni el matrimonio heterosexual el único escenario posible para que esto ocurra.
Quiero que quede claro, violación = malo. Consentimiento = bueno.
Sin embargo, me gustaría compartir algunas pautas que ayudan a distinguir la delgada línea entre el sexo consentido y la violación:
1. No, quiere decir no
Sin peros, sin ‘ y si…’ Si alguno dentro de la pareja dice que no quiere tener sexo, se debe respetar su decisión siempre.
2. La violación
O cualquier otro tipo de violencia, está mal.
3. El cuerpo de la mujer solo le pertenece a ella misma
Ella puede elegir con quién y cuándo compartirlo. Y ningún documento matrimonial o voto lo puede cambiar. La gente debe dejar de sentir que puede decidir sobre nuestros cuerpos.
4. El consentimiento es factor que debe existir en el matrimonio
Si alguna de las partes no está de acuerdo con el encuentro sexual, no debe ocurrir.
5. ‘Pero es casi imposible probar que una mujer fue violada por su marido’
Esa es una razón que no dejo de escuchar. Y a eso yo respondo, las autoridades correspondientes deberían fajarse los pantalones y encontrar una solución a eso. Las víctimas de dicha violencia no deberían callarse porque sea difícil de solucionar. ¡Vamos chic@s!
Por último, deberías desconfiar y temer de alguien que te dice te amo, pero te fuerza sexualmente… No te respeta.