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¿Y Calderón?

El pueblo de México ha sufrido mucho a manos de sus gobiernos.

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Alito, Peña Nieto, Echeverría…tres conspicuos integrantes del PRI están en boca de todos…audios, cuentas, muerte…las razones de que los grandes medios sí estén enfocándose –al menos un poco- en gente distinta de la 4T o de la familia de AMLO.

En realidad, razones nunca les habían faltado para ello, ni cuando el PRI fue el partido en el gobierno durante tantos años ni hoy en día que forma parte de la oposición. 

¿Entonces? ¿Qué ha cambiado? Simple. Ante las palizas electorales que ha sufrido la derecha por parte de MORENA y la terca insistencia de grandes mayorías de seguir aprobando la gestión del presidente (por más esfuerzos goebbelianos marca Alazraki y Loret-Brozo en contra), la estrategia de la reacción ahora está dirigiéndose a limpiar su maltrecha imagen desligándose de los príístas, de la “manzana podrida” que estaba contaminando el -por lo demás- prístino huerto de Va Por México que esta vez sin elementos indeseables se promocionará como listo para convertirse en la opción que todo México esperaba, a fin de combatir el “desviado” proyecto de la 4T y al “loco de Palacio”. Tan es así que Javier Lozano ya regresó al PAN, después de su periplo por el PRI, para “hacerle frente a MORENA” y el diario Reforma está ventilando las compras y los retiros bancarios dudosos de Angélica Rivera.

Pero las cuentas de quienes quedan son igual o peores de quienes van a fungir como su chivo expiatorio. Del PRD no queda mucho que decir. Sería ocioso porque su relevancia en la vida pública es casi nula. Pero de los panistas no es posible olvidarnos.  Las presidencias panistas, a pesar de ser muy pocas en número, son vastísimas en cuanto a las consecuencias tan desastrosas que implicaron para nuestro país: fraudes electorales, corrupción, tráfico de influencias, excedentes petroleros esfumados, ineptitud, obras públicas anunciadas y nunca construidas pero, sobre todo, esa violencia imparable que desató la mentirosa -y a la vez muy sangrientamente real- guerra contra las drogas de Calderón.  En el ámbito local, los panistas tampoco han arrojado buenas cifras. Actualmente son las entidades federativas donde gobiernan las que más reacias se han mostrado a cooperar con el gobierno federal en materia de seguridad para reducir los índices de homicidios y en las que la privatización de servicios públicos ha afectado más a sus poblaciones. 

Sin embargo, a los grandes medios les interesa que nos olvidemos de ellos. Al formar parte de la derecha todos los misiles informativos están desviados del PAN como objetivo.  Y las redes y otros canales alternativos ahora están muy distraídos también con los príístas. Durante la presidencia de Trump se encarceló a Genaro García Luna, el responsable de la seguridad durante el sexenio calderonista. Y aunque esto habría bastado para que no se dejara en paz a quien fue su superior, no sucedió así. Al contrario, una vez llegado Biden al poder parece que esto ya casi no es noticia, de tal suerte que Calderón puede desplegar diariamente su cinismo atacando al régimen actual en todo tipo de temas, incluyendo el ámbito de la seguridad, sin que haya un solo periodista célebre que lo busque para cuestionarlo duramente como lo hacen, por cualquier nimiedad, con cualquier funcionario de gobierno o integrante de MORENA. 

Y a Movimiento Ciudadano tampoco podemos dejarlo de lado. Jalisco y Nuevo León son prueba de ello.  Claudio X. González, el artífice de Va Por México, no va a cejar hasta que se adhiera a esta alianza. El hijo de Luis Donaldo Colosio, es a quien pretenden convertir en su candidato presidencial. Su padre muerto era príísta, pero el hecho de haber sido asesinado presuntamente por integrantes de ese partido ha generado una narrativa extraña que intenta exonerarlo del desprestigio tricolor. Aunque la trayectoria política de su vástago no tiene nada de brillante, eso nunca le ha importado a la derecha mientras cuente a su favor con los grandes medios, con “intelectuales” como Viri Ríos y con publicistas y propagandistas dedicados a posicionarlo en el imaginario colectivo como la “nueva y mejor opción” de derecha que van a disfrazar de izquierda. 

El pueblo de México ha sufrido mucho a manos de sus gobiernos. Pero no sólo de los príístas. Los panistas no fueron mejores. La derecha, aunque se vista de azul o naranja, es dañina. Y lo mejor es que no vuelva.

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