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¿Por qué con Claudia?

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Por Camila Martínez Gutiérrez

A los 22 años me convencí por completo del proyecto de Andrés Manuel López Obrador a partir del anuncio que hizo sobre la Ley de Amnistía, aquella iniciativa que prestaba atención a las causas estructurales y daba segundas oportunidades a las juventudes. Se trataba del más puro humanismo obradorista que, con una suma de valores y principios, ha colocado siempre a las y los jóvenes en el centro del proyecto político de la Cuarta Transformación.

Cinco años han pasado desde el inicio del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, con ella han llegado proyectos que han dado un giro completo a la forma de gobernar nuestro país, entre estos cambios ha sido fundamental el cambio en la concepción gubernamental del lugar que ocupan los jóvenes en nuestra sociedad.

No obstante, ahora, a finales de sexenio no podemos evitar una pregunta incómoda que cada día apremia más a responderse: Cuándo se vaya Andrés Manuel, ¿entonces quién?

Hace cerca de un año me hice por primera vez esta pregunta. Mentiría si dijera que desde un primer momento tuve la respuesta. Indecisa, empecé a incomodarme pensando en la amplia gama de actores políticos desperdigados dentro de la Cuarta Transformación y la amplitud del espectro de convicciones y creencias que conviven en Morena. ¿Cuál sería el perfil más conveniente para nuestro país?

Decidí comenzar a prestar más atención. A medida que fui agudizando mi oído empezaron a hacer sentido ciertas cosas dentro de mí.

Lo primero que me llamó la atención fueron los PILARES, centros totalmente gratuitos ubicados en diversas zonas de la Ciudad de México que fungen como espacios comunitarios para el reencuentro de los habitantes. Sin embargo, el programa que realmente me convenció fue “Las Juventudes Unen al Barrio”, ese programa del Gobierno capitalino en el que, de manera mensual, visitan las zonas más abandonadas, donde las colonias han sido abandonadas y marginalizadas y que, por lo mismo, son aquellas donde se han generado espirales de violencia.

¿Qué hace entonces el gobierno de la CDMX? No solamente acude a ayudarles económicamente, sino que también a partir de acercar el arte, los deportes y las actividades comunitarias, busca que las juventudes, sobre todo los liderazgos juveniles, se conviertan en protagonistas de un proyecto de reunificación de familias y de sus colonias.

Esta fue la visión de sociedad que me convenció de apoyar a Claudia: una visión de sociedad que entiende que las juventudes son capaces de asumir un papel político, no solo desde quienes lleguen al Congreso o las Secretarías de Estado sino, sobre todo, de incidencia en sus propias comunidades; que tienen el potencial y la capacidad hacen esa labor de dialogar y mediar para transitar las disputas locales que a veces parecieran irreconciliables.

Esta confianza en las juventudes como críticas y conscientes sobre las problemáticas que se encuentran en nuestro entorno, me han convencido de la ruta de su liderazgo y me han logrado identificar con la visión de la Dra Claudia Sheinbaum.

Conocer Los Jóvenes Unen al Barrio me recordó ese momento de 2018 cuando me enamoré políticamente del Obradorismo por la ley de Amnistía; tuve la convicción de que me encontraba ante lógicas humanistas idénticas.

De la política de Claudia Sheinbaum me convencieron esas vetas ideológicas porque me dejaron entrever, como en un juego de luces, la esencia y el corazón de los valores políticos que hace unos años comenzó a implementar en nuestro país Andrés Manuel López Obrador.

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