El despliegue de la Guardia Nacional en Washington: la medida de Trump contra el crimen

El presidente Donald Trump ordena la intervención federal para controlar la seguridad de la capital, una decisión que genera polémica al contrastar la retórica alarmista con las estadísticas de baja criminalidad.

 

Washington, D.C. – La capital de Estados Unidos vive una situación de alta tensión tras el anuncio del presidente Donald Trump de tomar el control de la seguridad pública de la ciudad. Bajo el pretexto de combatir “el crimen, el salvajismo, la inmundicia y la escoria”, la Casa Blanca ha prometido un aumento drástico en la presencia de agentes federales y tropas de la Guardia Nacional, que patrullarán las calles las 24 horas del día. La medida, que puede extenderse hasta por 30 días sin la aprobación del Congreso, se ha justificado con el argumento de que la delincuencia en la ciudad ha alcanzado niveles de emergencia.

Trump ha proclamado el inicio de la “liberación” y el “embellecimiento” de la capital, describiéndola como un páramo infestado de delincuencia. El presidente ha argumentado que el crimen en la ciudad ha alcanzado niveles alarmantes, aunque las estadísticas oficiales de la Policía Metropolitana muestran que el crimen violento ha disminuido drásticamente en los últimos dos años.

Foto: Larson Matuck

La polémica: seguridad vs. autonomía

El anuncio ha provocado una fuerte reacción de la alcaldesa de Washington, Muriel Bowser, quien ha calificado la acción de “empuje autoritario” e “intrusión en nuestra autonomía”. Por otro lado, la jefa de policía, Pamela Smith, ha visto con buenos ojos el refuerzo federal, argumentando que ayudará a compensar la falta de 800 oficiales en el Departamento de Policía Metropolitana.

Sin embargo, para muchos residentes, el despliegue es una fuente de preocupación. Sheina Taylor, una residente de Washington, expresó su temor: “Es más temeroso ahora porque, aunque eres un ciudadano respetuoso de la ley, aquí en D.C., no sabes, especialmente porque soy afroestadounidense”. Organizaciones como el DC Justice Lab han señalado que el plan de Trump es un “teatro político” que podría afectar de manera desproporcionada a los jóvenes negros.

Detalles del operativo

Desde el anuncio de la intervención, ya se han visto grupos de agentes federales de distintas agencias como el FBI, la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos, y la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, que han realizado detenciones por delitos variados, desde conducir bajo la influencia de sustancias hasta posesión de armas ilegales. También se ha anunciado que, como parte de la estrategia, se despejarán los campamentos de personas sin hogar, a quienes se les ofrecerá tratamiento y refugio, pero quienes se nieguen podrían ser multados o encarcelados.

La controversia recuerda el despliegue de agentes federales en 2020 para reprimir las manifestaciones por la justicia racial, que escaló las tensiones y generó críticas por el uso de tácticas militares. La gran incógnita es si esta nueva intervención logrará los objetivos de seguridad de Trump o si, como en el pasado, se convertirá en una maniobra política con consecuencias imprevistas.

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