La imagen de José Luis García Parra celebrando en Disneylandia junto a Belinda, rodeados de Minnie, Daisy y otros acompañantes, se viralizó rápidamente. El viaje coincidió con el cumpleaños número 36 de la cantante, con quien se le atribuye una relación sentimental desde hace meses.
El material gráfico, difundido tanto en medios locales como nacionales, provocó un torrente de comentarios en redes sociales y cuestionamientos sobre su ausencia laboral y el uso de recursos públicos.
La aclaración de García Parra
Ante la controversia, el funcionario publicó en su cuenta X un documento oficial explicando que había solicitado licencia sin goce de sueldo del 13 al 15 y del 18 al 20 de agosto.
En su mensaje, García Parra subrayó:
“Mis viajes y eventos personales se realizan siempre fuera del horario laboral y con recursos propios. Mi compromiso laboral se mantiene intacto y seguiré trabajando con responsabilidad y, sobre todo, #PorAmorAPuebla”.
Con esto, buscó disipar cualquier sospecha sobre el uso de fondos públicos o la interrupción de sus obligaciones como servidor público.
El contexto de la relación
La relación entre García Parra y Belinda se hizo pública en febrero, cuando ambos arribaron juntos a Puebla en un vuelo privado, según reportó Proceso. Desde entonces, la cantante ha tenido constante presencia en la entidad:
- Participó en la toma de protesta de Alejandro Armenta Mier.
- Fue seleccionada como voz principal de la película animada “Canas al Aire”.
- Grabó un video musical en locaciones poblanas.
- Encabezó presentaciones en la Feria de Puebla.
El interés mediático se ha intensificado debido a que García Parra es sobrino político del exgobernador Mario Marín Torres, lo que convierte cada movimiento público en tema de debate.
Transparencia y percepción pública
El oficio publicado busca transparentar el actuar del funcionario en un contexto donde la vida privada de figuras públicas, especialmente aquellas vinculadas a la política y el espectáculo, puede influir en la percepción ciudadana sobre ética y desempeño.
Este episodio refleja cómo las redes sociales y los medios de comunicación amplifican cada acción de los servidores públicos y celebridades, generando una mezcla de curiosidad, polémica y debate sobre los límites entre vida personal y responsabilidad profesional.
