México ya tiene nuevas heroínas deportivas y apenas tienen 14 años. Las gemelas Mía y Lía Cueva Lobato hicieron historia en Asunción 2025 al conquistar la medalla de oro en el trampolín sincronizado de tres metros durante los Juegos Panamericanos Junior. Su triunfo no sólo confirma el poderío de la escuela mexicana de clavados, sino que coloca a nuestro país en el Top 5 del medallero continental.
Con una puntuación de 289.32, las clavadistas jaliscienses se impusieron con autoridad sobre las estadounidenses Sophia Verzyl y Anna Kwong (274.50) y las brasileñas Maria Postiglione y Heloa Almeida (222.36).
Sincronía perfecta a los 14 años
El Centro Acuático Olímpico de Asunción fue testigo de una presentación impecable. Desde el primer salto, las gemelas mostraron temple y una conexión que parecía telepática. Su ejecución del forward 3 ½ somersaults les dio 68.82 puntos, y el forward 2 ½ somersaults 1 twist, 64.80, consolidando una rutina que arrancó aplausos y ovaciones.
El entrenador Iván Bautista, arquitecto de su formación, no dudó en reconocer lo extraordinario de su actuación:
“Se fusionan en el aire como una sola figura. Lo que hacen a su edad es excepcional”, dijo con orgullo.
México brilla con las Cueva
El oro de las gemelas es la decimotercera medalla dorada de México en esta justa deportiva, resultado que impulsa a la delegación nacional a la élite del medallero general, solo por detrás de potencias como Brasil, Colombia, Estados Unidos y Chile.
Pero más allá de la estadística, su victoria es un mensaje: el futuro de los clavados mexicanos está asegurado. No es casualidad que, meses atrás, ya habían sorprendido al mundo al conseguir bronce en el Campeonato Mundial de Deportes Acuáticos en Singapur, convirtiéndose en las medallistas más jóvenes en la historia de México en este deporte.
Camino a los Olímpicos
La historia de Mía y Lía Cueva apenas comienza. Con su clasificación asegurada a los Juegos Panamericanos de Lima 2027 y la mirada puesta en Los Ángeles 2028, las gemelas están destinadas a convertirse en referentes olímpicos. Si lo logran, serían las primeras hermanas gemelas mexicanas en competir en clavados a nivel olímpico.
Más que una medalla, este oro simboliza el inicio de una leyenda deportiva. Dos adolescentes que, con disciplina y sincronía perfecta, levantan a México y lo proyectan hacia un futuro brillante en las plataformas acuáticas.
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