Parque de la Memoria Balam Tun: el legago maya revive piedra por piedra en Quintana Roo

36 monumentos fueron desmontados, numerados y reensamblados con precisión milimétrica para crear un parque único en Chetumal: el Parque Balam Tun.

La historia maya no se pierde, se transforma. En Chetumal, Quintana Roo, un nuevo espacio cultural abrió sus puertas para resguardar 36 monumentos arqueológicos que fueron trasladados y reensamblados con estándares internacionales de conservación. El sitio lleva por nombre Parque de la Memoria Balam Tun, y se perfila como un corredor cultural sin precedentes en el sureste mexicano.

El traslado no fue un acto improvisado: se trató de un proceso quirúrgico. Cada piedra fue desmontada, numerada y reubicada con técnicas de fotogrametría, escaneo 3D y dibujos arquitectónicos de precisión milimétrica, un trabajo en el que participaron arqueólogos con más de 25 años de experiencia, restauradores, ingenieros, especialistas digitales y más de 130 trabajadores de la construcción de la región.

“Piedra por piedra, los edificios fueron desmontados, documentados y reensamblados respetando la normatividad vigente y con participación comunitaria”, detalló el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Un rescate con sello internacional

La reubicación de los monumentos fue avalada por el Consejo de Arqueología del INAH desde 2023 y se apega a lo establecido en la Carta de Venecia de 1964, además de seguir recomendaciones de la Unesco y el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos). Estas instituciones reconocen la viabilidad de los traslados cuando no es posible mantener las piezas en su lugar original.

El proyecto se desarrolló en coordinación con la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y el Gobierno de Quintana Roo, como parte de las acciones de salvamento arqueológico del Tren Maya.

Los antecedentes son claros: México ya había emprendido traslados de gran escala, como el Monolito de Coatlinchan en 1964, que hoy recibe a los visitantes del Museo Nacional de Antropología. A nivel mundial, el ejemplo más emblemático fue el rescate del Templo de Abu Simbel, en Egipto, en los años sesenta.

Un museo vivo al aire libre

El Parque de la Memoria Balam Tun abarca cuatro hectáreas cedidas por el Gobierno de Quintana Roo, donde ahora se erigen palacios administrativos, templos, viviendas de élite y edificios multifuncionales que alguna vez fueron escenario de rituales, ofrendas y entierros mayas.

El espacio no es un parque temático ni un simple atractivo turístico: es un museo vivo. Los visitantes podrán recorrer los conjuntos arquitectónicos acompañados de cédulas explicativas, reconstrucciones virtuales en 3D, videos y códigos QR de acceso libre, herramientas pensadas para acercar a la sociedad a su propia memoria histórica.

La autenticidad de las estructuras está garantizada: se utilizaron morteros de cal similares a los originales, y se restituyeron pisos y acabados conforme a la evidencia arqueológica, lo que asegura durabilidad y respeto a la esencia original.

Memoria y futuro en un mismo espacio

Lejos de ser un traslado que borra raíces, Balam Tun se presenta como un modelo contemporáneo de preservación incluyente, donde se entrelazan la conservación del patrimonio y el desarrollo social y económico de la región.

“El mejor garante de la preservación del patrimonio es el respeto y aprecio que la sociedad tenga hacia él”

Sostiene la Secretaría de Cultura, al reafirmar que este nuevo parque cultural es también una apuesta por fortalecer la identidad colectiva.

En Quintana Roo, los antiguos mayas vuelven a tener voz, y lo hacen en un escenario abierto para todos: un parque donde cada piedra cuenta la historia de un pueblo eterno.

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