La fuerza del agua dejó un país en emergencia. El Gobierno de México confirmó que 76 personas perdieron la vida y 39 permanecen desaparecidas tras las lluvias e inundaciones que golpearon a cinco estados del centro y oriente del país la semana pasada, como consecuencia de la perturbación tropical 90-E.
Las cifras más altas se concentran en Puebla, Veracruz e Hidalgo, donde comunidades enteras fueron rebasadas por los desbordamientos, los deslaves y la destrucción de caminos, viviendas y cultivos.
El saldo: una semana de devastación
De acuerdo con el reporte oficial publicado en el micrositio del gobierno federal sobre afectaciones por lluvias, los equipos de rescate, protección civil y la Guardia Nacional continúan las labores de búsqueda, auxilio y atención humanitaria, además de la evaluación de daños en las zonas más afectadas.
- Puebla: 23 municipios afectados, 19 personas fallecidas y 5 desaparecidas.
- Veracruz: el estado con mayor impacto, con 34 muertes, 14 desaparecidos y 40 municipios con daños severos en caminos, viviendas y áreas agrícolas.
- Hidalgo: 22 fallecidos, 20 no localizados y 27 municipios con afectaciones por deslaves y desbordamientos.
- Querétaro: 1 persona fallecida y daños en 8 municipios.
- San Luis Potosí: 12 municipios afectados, sin víctimas mortales ni desaparecidos.
Las autoridades han desplegado brigadas médicas, equipos de rescate acuático y cuadrillas de apoyo logístico para restablecer el tránsito y llevar suministros básicos a las zonas incomunicadas.
Puebla, Veracruz e Hidalgo: los más golpeados
En Puebla, los municipios serranos de la zona norte y nororiental siguen bajo monitoreo. Ríos como el Apulco y el Zempoala se desbordaron, dejando caminos colapsados y familias evacuadas.
En Veracruz, el panorama es crítico: la Secretaría de Protección Civil estatal reportó más de 40 municipios con daños, particularmente en las regiones de La Huasteca y el Totonacapan, donde los deslaves arrasaron con carreteras y cultivos de maíz y café.
En Hidalgo, la lluvia provocó el colapso de puentes y cortes eléctricos en varios municipios, además de la pérdida de viviendas completas en zonas aledañas a los ríos Tula y Amajac.
Operativo federal en marcha
Las autoridades federales, estatales y municipales mantienen un operativo permanente de atención, que incluye a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), la Guardia Nacional, Protección Civil y la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
Los trabajos se centran en rescatar personas, limpiar escombros, habilitar albergues temporales y restaurar servicios básicos. A la par, se realiza un censo para determinar el número total de viviendas dañadas y apoyar con la entrega de insumos y reconstrucción de caminos rurales.
La fase crítica no ha terminado
Aunque el temporal comenzó a ceder, las lluvias intermitentes mantienen el riesgo de reblandecimiento de suelos y nuevos deslaves.
Las autoridades exhortan a la población a mantenerse alerta ante posibles evacuaciones preventivas y a no intentar cruzar zonas inundadas.
La perturbación tropical 90-E dejó tras de sí una estela de pérdidas humanas, daños materiales y desplazamientos forzados, especialmente en comunidades rurales. El reto ahora, coinciden autoridades y rescatistas, es pasar de la emergencia a la recuperación sin perder de vista a los 39 desaparecidos que aún se buscan entre el lodo y los escombros.
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