Con el propósito de reducir la dependencia de importaciones y avanzar hacia la soberanía farmacéutica, el sector Salud firmó tres convenios de colaboración con universidades públicas del país: el Instituto Politécnico Nacional (IPN), la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Estas alianzas forman parte de una estrategia integral respaldada por una inversión de 10 mil millones de pesos, destinada a fortalecer la producción nacional de medicamentos, vacunas y componentes químicos esenciales.
La presidenta Claudia Sheinbaum destacó que el objetivo central es producir más medicamentos en México, a precios accesibles y con estándares de calidad, para que el acceso a tratamientos no dependa de las importaciones.
“México producía prácticamente todas sus vacunas a través de instituciones públicas, pero eso se perdió en el periodo neoliberal; ahora queremos recuperar esa capacidad con investigación, inversión y desarrollo nacional”, señaló.
Por su parte, el titular de la Secretaría de Salud, David Kershenobich, detalló que los acuerdos permitirán avanzar en tres frentes complementarios. El primero, firmado entre Birmex y el IPN, busca retomar la producción nacional de vacunas, comenzando con la vacuna sincicial respiratoria —que protege contra infecciones pulmonares— y la vacuna contra el sarampión, que será elaborada nuevamente en territorio mexicano.
El segundo convenio, con la UAM, se enfoca en el desarrollo de alimentos funcionales orientados al manejo de diabetes e hipertensión arterial, como parte de una política integral de salud preventiva y nutricional.
Finalmente, la colaboración con la UNAM, a través de sus facultades de Física e Ingeniería, busca impulsar la producción de materias primas farmacéuticas (Active Pharmaceutical Ingredients o APIs), actualmente importadas en su mayoría de India y China.
Kershenobich explicó que México cuenta con el potencial petroquímico necesario para desarrollar estos compuestos a partir del petróleo nacional, lo que permitirá fortalecer la autonomía del país en la fabricación de medicamentos.
Estas acciones forman parte del programa nacional de soberanía farmacéutica, que el Gobierno de México considera una prioridad estratégica para garantizar el acceso equitativo a medicamentos, reducir costos y consolidar un sistema de salud basado en la autosuficiencia científica, tecnológica y productiva.