A más de tres décadas del asesinato de Luis Donaldo Colosio, el nombre de Jorge Antonio Sánchez Ortega vuelve a aparecer en la escena pública. El exagente del extinto Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), señalado por la Fiscalía General de la República (FGR) como presunto responsable del segundo disparo en el magnicidio ocurrido en 1994, fue arrestado este sábado por elementos de la policía ministerial en Tijuana, Baja California.
De acuerdo con el Registro Nacional de Detenciones, el aseguramiento se llevó a cabo a las 16:37 horas en la Calle de Los Reyes, dentro de la colonia del mismo nombre. La aprehensión ocurre en un contexto en el que la FGR mantiene abierta una línea de investigación para esclarecer posibles omisiones y responsabilidades adicionales en torno al asesinato del entonces candidato presidencial del PRI.
Sánchez Ortega había sido detenido el mismo día del atentado, el 23 de marzo de 1994, en Lomas Taurinas. Su ropa con restos de sangre y una prueba positiva de rodizonato —utilizada para detectar residuos de pólvora— lo colocaron inicialmente como sospechoso central. Sin embargo, la entonces Procuraduría General de la República (PGR) lo liberó 24 horas después, al determinar que el arma de Mario Aburto Martínez era la única relacionada con los proyectiles hallados en el sitio.
Originario de El Rosario, Sinaloa, y radicado en Tijuana desde su adolescencia, Sánchez Ortega llevó una vida diversa antes de incorporarse al aparato de inteligencia del Estado. Trabajó en una gasolinera, en una papelería y como empleado temporal en Estados Unidos. Más tarde cursó la carrera de Derecho, participó en grupos estudiantiles y llegó a colaborar en una campaña priista.
En 1993 presentó los exámenes para ingresar al Cisen, donde permaneció por más de dos décadas, hasta 2015. Desde entonces, su nombre se había mantenido fuera del ojo público, hasta esta nueva detención que reabre viejas heridas en uno de los episodios más enigmáticos de la historia política reciente de México.


