- La marcha también ha sido cuestionada por su autenticidad
En una crítica contundente, el periodista Alex Melón, con más de 30 años cubriendo movilizaciones, denunció que la marcha del 15 de noviembre organizada bajo la etiqueta Generación Z no fue espontánea sino “un montaje”. En entrevista con Julio Astillero, según Melón, durante la protesta se identificó “gente que venía de cárteles del narcotráfico” a partir de pláticas y amenazas vertidas contra policías.
Las manifestaciones, convocadas por el movimiento autodenominado Generación Z México, surgieron como un llamado por la inseguridad, la impunidad y la corrupción, en el contexto del asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo.
Sin embargo, los hechos del sábado terminaron en enfrentamientos frente al Palacio Nacional, cuando grupos encapuchados derribaron vallas e intercambiaron golpes con la policía. Los reportes oficiales indicaron un saldo de 100 policías lesionados y 40 detenidos, además de una condena de la Secretaría de Seguridad Ciudadana por la “organización violenta” que no han visto en otras marchas recientes.
La marcha también ha sido cuestionada por su autenticida. Melón sugiere que hubo infiltración directa de grupos armados, algo que algunos medios han calificado como una operación para desviar el discurso original. Por su parte, algunos jóvenes que sí se identifican con la Generación Z han llamado a una movilización pacífica, aunque reconocen la posibilidad de que actores externos impongan su propia narrativa.
La duda sobre el origen y el control del movimiento se ve reforzada con voces como la de Melón, que advierten sobre un uso político de un discurso juvenil de hartazgo. Al mismo tiempo, otros observadores ven en esta marcha una manifestación legítima de inconformidad frente a la violencia que ha marcado el país durante años.
