El país dio un paso clave rumbo a un nuevo marco jurídico para el manejo del agua: la Comisión de Recursos Hidráulicos aprobó en lo general y lo particular el dictamen de la Ley General de Aguas con 28 votos a favor, 10 en contra y 2 abstenciones, enviándolo de inmediato al Pleno de la Cámara de Diputados para su discusión final.
PAN y PRI intentaron detener el proceso argumentando “inconsistencias y riesgos”, pero su petición fue rechazada por la mayoría parlamentaria.
Un dictamen que divide a la Cámara, pero avanza por mayoría
Durante la sesión, el bloque conformado por Morena, PVEM y PT cerró filas para respaldar el dictamen enviado por el Ejecutivo Federal encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum, mientras que PAN, PRI y MC votaron en contra y denunciaron falta de consenso.
La presidenta de la Comisión, Elizabeth Cervantes de la Cruz, anunció la aprobación del dictamen que expide la nueva Ley General de Aguas y modifica la Ley de Aguas Nacionales, resaltando que se trata de un paso necesario para actualizar un marco legal rezagado por años.
Argumentos encontrados y defensa del derecho humano al agua
Los posicionamientos fueron tan contrastantes como contundentes.
El diputado del PRI, Mario Calzada, productor agrícola de cuarta generación, pidió detener el dictamen para “mejorarlo” y atender la preocupación del campo. Aseguró que el documento final ignoró cerca de diez propuestas sobre derechos hereditarios, transmisión de derechos y criterios de concesiones.
El PAN endureció su postura, advirtiendo que la iniciativa podría derivar en “centralización y criminalización” para agricultores. Recordaron que fue modificada en 90 ocasiones tras las protestas nacionales y señalaron que “un parlamento serio lo mandaría a la congeladora”.
Por su parte, Movimiento Ciudadano insistió en que el sistema de concesiones requiere modernización profunda y que el dictamen actual no lo resuelve del todo.
Morena, PT y PVEM responden: un marco más justo y con certeza jurídica
Entre los posicionamientos favorables, Morena defendió que durante años se descuidó a quienes “producen y subsisten del agua”, y que esta legislación coloca por primera vez el derecho humano al agua como prioridad absoluta. Legisladores del partido afirmaron que la nueva ley mantiene intacto el binomio tierra-agua, elimina la negativa ficta, genera seguridad jurídica y regulariza el libre alumbramiento.
El PVEM se sumó al respaldo total al considerar que la ley fortalece la protección al derecho al agua.
En cuanto al PT, aunque votó a favor, anunció que impulsará reservas en el Pleno para afinar aspectos sensibles.
Una votación acelerada pese al intento de ampliar el debate
La oposición solicitó prolongar la discusión ante la complejidad del tema, pero Morena y aliados declararon suficientemente debatido el dictamen, permitiendo que la votación avanzara sin más retrasos. Con ello, se cerró una sesión que reflejó tanto la urgencia legislativa como la intensidad política que rodea a la nueva Ley de Aguas.
La discusión ahora pasa al Pleno de la Cámara de Diputados, donde se definirá si este marco legal —defendido por la mayoría y cuestionado por la oposición— se convierte en la nueva normativa hídrica que regirá al país.
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