El gobierno de Estados Unidos ha emitido una clara declaración de cara a la Copa Mundial de Fútbol de la FIFA 2026, que coorganizará junto a México y Canadá: las operaciones migratorias no se detendrán durante la celebración del evento.

Andrew Giuliani, jefe del equipo de la Casa Blanca encargado del Mundial 2026, fue el encargado de confirmar la postura. Al ser cuestionado sobre si se descartarían las redadas o la captura de migrantes indocumentados en las ciudades sede, Giuliani respondió de manera tajante: “Debo insistir en que el presidente Trump no descarta nada que haga más seguro a este país.”

Esta declaración asegura que la aplicación de la ley migratoria será prioritaria, por encima de la atmósfera de celebración deportiva.
Trayectoria y Preocupación por la “Tolerancia Limitada”
La política de no dar tregua a la migración irregular ha sido una constante, y la proximidad de un evento tan masivo ha generado preocupación. Organizaciones de derechos humanos y el Caucus Hispano del Congreso (CHC) han advertido que la estricta política migratoria del gobierno podría afectar el éxito y la percepción internacional del torneo.
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El temor de los visitantes: Se han reportado preocupaciones entre los aficionados internacionales sobre los procesos de visado y el riesgo de detenciones, especialmente en un ambiente de endurecimiento de las leyes migratorias que incluye la suspensión de trámites de residencia y ciudadanía para ciudadanos de ciertos países.
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La respuesta de la Casa Blanca: Si bien el gobierno promueve la hospitalidad y la agilización de visados para aficionados con boletos, Giuliani subrayó la “tolerancia muy limitada” que habrá para aquellos que busquen “causar problemas”. La seguridad nacional es el eje de toda decisión.
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Países en la mira: El tema se vuelve particularmente sensible para los aficionados de países con restricciones de viaje o migratorias, como Irán y Haití, cuyas selecciones nacionales podrían participar. El representante de la Casa Blanca remitió las preguntas sobre los visados para estos ciudadanos al Departamento de Estado, asegurando que la evaluación de seguridad es lo primordial.

El anuncio deja en claro que, mientras el gobierno busca mostrar hospitalidad a los asistentes legítimos al Mundial, la presencia de personas indocumentadas sigue siendo un objetivo activo para las agencias de control migratorio.


