Para que los agricultores no bloquearan las carreteras de México, el gobierno federal cedió ante algunas propuestas de los trabajadores del campo para evitar un daño al libre tránsito y rodaje de la economía.
Entre los puntos que aceptó el gobierno federal está la inclusión de productores en los trabajos del Sistema Mexicano de Ordenamiento del Mercado y Comercialización del Maíz, así como el establecimiento de una ruta institucional para analizar los temas relacionados con el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), conforme a sus mecanismos formales y bajo la conducción de la Secretaría de Economía.
El tema del campo en la revisión del T-MEC no es menor, de hecho ya había sido solicitado por activistas un cambio en el acuerdo comercial de la región de América del Norte. Una de las primeras organizaciones en alzar la voz fue la Asamblea de Incidencia del T-MEC “Paz y Derechos Humanos”.
En este sentido, han exigido a la Secretaría de Economía sacar al maíz y al frijol del T-MEC y qué el tratado garantice la protección de las semillas nativas, del agua y del territorio, así como la defensa de la biodiversidad, que hoy están en riesgo por el acaparamiento transnacional que privilegia el lucro sobre la vida.
También han reafirmado la defensa de la soberanía alimentaria como un principio fundamental frente al avance del modelo agroindustrial y los intereses transnacionales que amenazan nuestras semillas, nuestros territorios y nuestras formas de vida.
Urge impulsar agenda integral
La Asamblea de Incidencia del T-MEC “Paz y Derechos Humanos” reconoce la urgencia de impulsar una agenda integral de la agricultura que coloque en el centro, a los pequeños y medianos productores y productoras, comunidades campesinas e indígenas, y que garantice la integración plena de las mujeres en todos los eslabones de la cadena de valor.
“Esa agenda debe asegurar la trazabilidad de las semillas en especial del maíz, y precios justos que fortalezcan las economías locales. La defensa del territorio y de los bienes comunes es también una defensa de la dignidad y del futuro de nuestros pueblos, por lo que defender y preservar el agua como derecho humano, será base de los ecosistemas y del derecho a la alimentación”, aseguraron en su posicionamiento.
Cabe recordar que México es deficitario en el maíz, esto quiere decir que compra al exterior más de lo que produce. De acuerdo con la Secretaría de Agricultura (Sader), entre enero y octubre, importó 4 mil 684 millones de dólares de maíz, esto representó un crecimiento de casi 3% anual.
