Infográficos: Radio Nederland (RNW)
(21 de noviembre, 2013).- La violencia contra la mujer es “un problema de salud global de proporciones epidémicas”, señaló la Organización Mundial de la Salud a mediados del año en curso. A esta conclusión llegó cuando finalizó un estudio aplicado en varios países, en cuya mayoría se registraron índices del 24 al 53 por ciento de mujeres que sufren o han sufrido violencia.
En específico, se determinó que entre un 15 y un 71 por ciento de las encuestadas habían sufrido violencia física, sexual y psíquica perpetrada por su marido o pareja actual o anterior. En la mayoría de los entornos, entre el 30 y 56 por ciento de las mujeres que habían sido víctimas de algún tipo de agresión de este tipo informó que se había tratado tanto de violencia física como sexual.
La tasas de prevalencia por continente cuando se combina la violencia ejercida por la pareja como por alguien ajeno establece –en una categoría de siete- a América en segundo lugar con el 36,1% de mujeres maltratadas –casi 1 de cada tres mujeres-, superada sólo por África con 45,6%.
De hecho, uno de los países con mayor porcentaje al sur de nuestro continente: Perú, país que ostenta el 52% de mujeres que han sufrido una bofetada propinada por su pareja, seguida por el puñetazo, con el 42%. De hecho, en la mayoría de los países entre un 10 y un 20 por ciento han sido víctimas de esta clase de violencia.
Desde 1993 la legislación peruana cuenta con una ley especial de protección frente a la violencia familiar, nombrada 26260; no obstante, las conductas en ella descritas no constituyen por sí mismas figuras penales o delitos, por lo que sólo es posible lograr una sanción efectiva que contemple la pena privativa de la libertad en aquellos casos en que los actos de violencia constituyen el delito de lesiones.
Por ende, hay un limitado acceso a la justicia, como para las víctimas cuyas denuncias no llegan a constituir un delito y son procesadas como faltas. En este último caso, el Informe Defensorial 95, señala que sólo el 6% de los casos de violencia familiar investigados en los juzgados de paz concluye con un fallo condenatorio.
Uno de sus países vecinos, Venezuela, elaboró en últimas fechas una ley orgánica sobre el derecho de las mujeres a una vida libre de maltratos. Así lo señaló la licenciada Ingrid Rada Romero, presidenta de la Fundación para el Bienestar Familiar en aquél país, en un taller sobre violencia y medios de comunicación celebrado en la Habana.
Dicha ley –publicada en marzo de 2007- sanciona toda forma de violencia psicológica, física, doméstica, patrimonial, económica y sexual; así como otras conductas que minimicen o dañen de alguna manera a las féminas.
Además aseguró que los órganos receptores de denuncias en Venezuela están obligados a atender cualquier caso, ordenar las diligencias urgentes, orientar a la víctima, hacer comparecer al agresor, imponer medidas de seguridad y protección, conformar un expediente y remitirlo al ministerio público.
Por su parte, como representante del país receptor, Magela Romero, profesora de la Universidad de la Habana, sostuvo que en Cuba el interés por la investigación de este fenómeno es marcado y creciente, lo cual ha permitido conocer y profundizar en las particularidades de este tema. Hasta ahora se sabe que es un problema nacional, con mayor incidencia en la región oriental del país.
En nuestro país, la violencia, la discriminación y la deficiente atención médica contra las mujeres ha aumentado de manera preocupante en México, denunció en octubre pasado el presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Raúl Plascencia Villanueva.
Sostuvo que los feminicidios se han disparado principalmente entre las jóvenes menores de 19 años y las mujeres de la tercera edad. Mientras que en 2007 se reportaba una tasa del 2.7 por cada 100 mil mujeres mexicanas, éste se duplicó a 4.77 por ciento en 2010. Y continúan creciendo.
También alertó que una tercera parte de las mujeres en este país sufren de violencia física por parte de sus parejas, sus cónyuges o en el hogar y que aquéllas que se encuentran recluidas en las cárceles mexicanas sufren de constantes abusos y explotación, ya que persiste el autogobierno en los centros penitenciarios.
En cuatro días, como cada 25 de noviembre, se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer que fue aprobado desde 1999 por la Asamblea General de las Naciones Unidas.