William Ernest Henley
(05 de diciembre, 2013).- “Yo soy el primer acusado”, dijo Nelson Mandela en su discurso durante el juicio de Rivonia, 52 años atrás. Hoy, el mundo despide al icónico líder que luchó contra la discriminación racial y de clases que permeaba en la Sudáfrica de mitad del siglo XX.
En 1962, Mandela entró a la corte caminando erguido. Usaba un kaross tradicional africano de la etnia Xhosa –a la cual pertenecía–; su esposa, Winnie, portaba un elegante tocado tradicional y una falda hasta los tobillos, perteneciente a la misma etnia. La pareja, envuelta de simbolismo que resaltaba la cultura africana, enfrentó el juicio de Rivonia, donde Nelson Mandela, junto con otros líderes africanos, sería condenado a cadena perpetua.
Continuó su discurso: “Tengo una licenciatura en Artes y ejercí de abogado en Johannesburgo durante varios años en colaboración con Oliver Tambo. Se me condena por salir del país sin permiso y por incitar a la gente a ir a la huelga a finales de mayo de 1961”, fueron las primeras palabras de Mandela en el juicio, donde decidió ser su propio defensor; lo anterior con la intención de convertir la corte en una tribuna para dar un mensaje sobre su lucha en contra de la discriminación racial.
Desde 1916 existían leyes discriminatorias para los negros; sin embargo, con el apartheid, en 1948 la segregación racial se legalizó con base en 4 ejes fundamentales. El politólogo Enrique Neira lo resume así: El Registro, que marcaba de por vida a cada sudafricano, desde el momento de nacer; el Acta de Áreas de Grupo, que decretaba dónde podía vivir y dónde no podía vivir cada raza; el Acta de Tierras, que dividía al país según lineamientos raciales, legitimando antiguas ocupaciones de los boers y el Acta de Instalaciones Separadas, que asignaba con criterios racistas los sitios públicos de educación, de esparcimiento y de todo tipo, desde cementerios, playas, buses, escuelas, hasta baños públicos y patios de juego para niños”.
Por otro lado, Kapuscinski, tras su larga experiencia en territorio africano, califica al apartheid como “la doctrina que ha enaltecido el más vil de los instintos humanos, la repulsión hacia otra raza, dándole la dignidad de ley y convirtiéndola en un dogma de fe. En afrikans, apartheid significa ¨segregación¨, ¨separación¨. Sólo que se trata de una separación en nombre de la dominación”.
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Nelson fue el nombre que le puso su maestra de primaria -la Señorita Mdingan- cuando el pequeño tenía 6 años. Le dijo que con ese nombre podría ser identificado por los ingleses, ya que éstos no podían, o no querían, pronunciar los nombres africanos. Ya desde corta edad, Nelson empezó a sentir la segregación y discriminación por su color de piel; por este motivo, luchó toda su vida por la libertad y la igualdad de derechos de su pueblo.
Los ojos del mundo estaban puestos en el Palacio de Justicia de Sud África, la sede que albergó el Juicio de Rivonia. Afuera estaba custodiado por cadetes de piel blanca y a 6 metros de distancia, atravesando una calle, se encontraba una multitud de gente negra que apoyaba al líder que había luchado por los derechos de igualdad del pueblo sudafricano.
Mientras tanto, desde el banquillo de los acusados Mandela prosiguió:
“Yo esperaba, entonces, que la vida puede ofrecer la oportunidad de servir a mi pueblo y mi humilde contribución a su lucha por la libertad. Esto es lo que me ha motivado en todo lo que he hecho en relación con las acusaciones formuladas en mi contra en este caso”, continuó.
Él fue parte fundamental de la formación del Umkhonto we Sizwe, (Lanza de la Nación), el brazo armado del Consejo Nacional Africano que tomó relevancia después de la lucha no violenta que había realizado el Congreso Nacional Africano (CNA). No obstante, su combate se basaba en sabotajes que no causaran víctimas: el 16 de diciembre de 1961 estallaron bombas en edificios símbolos del apartheid.
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Rolihlahla significa “arrancar la rama de un árbol” que, en términos más coloquiales, tiene una aproximación mayor a “revoltoso”. Este nombre se lo puso su padre cuando Nelson nació, el 18 de julio de 1918, en Mvezo. Cuarenta y seis años después Rolihlahla estaba sentado frente a un juez de color blanco, en un juicio, por ser desobediente, por desafiar el apartheid:
“Yo, y los demás que iniciamos la organización –Umkhonto- lo hicimos por dos razones. La primera, por el resultado de la política de gobierno: la violencia por la “African people” se había vuelto inevitable […] La segunda, porque consideramos que sin violencia no se abriría la puerta a la African people para tener éxito en la lucha contra el principio de la supremacía blanca…”, declaró Rolihlahla en su defensa.
Al mismo tiempo subrayó que se habían agotado los caminos pacíficos de desobediencia civil: “cuando el gobierno recurrió a una demostración de fuerza para aplastar a la oposición a sus políticas, sólo entonces, hemos decidido responder a la violencia con violencia”.
El Umkhonto, fue el brazo armado del Congreso Nacional Africano que existe desde el año 1912. Desde la creación del CNA se usó la vía legal para la lucha por la igualdad de derechos: “se presentaron demandas y resoluciones […] pero los gobiernos blancos permanecieron indiferentes”. Incluso después de 1949, cuando se intensificó la segregación racial, se decidió seguir luchando por la vía pacífica, pero, desde ese momento, a través del desafío de la legalidad.
La campaña de desafío de las leyes injustas, de la cual Mandela era jefe nacional de voluntarios, fue una gran movilización que condujo a todos aquellos que estaban en contra del apartheid a las calles con la consigna de no provocar acciones violentas, entre otras tantas actividades.
A partir de ese momento, Madiba –título honorífico que le fue otorgado por los ancianos del Clan Madiba, al que pertenecía- fue detenido en varias ocasiones. En 1956 inició el primer juicio en el que fue acusado y tuvo una duración de 5 años. No obstante, es sobreseído en el dictamen; es decir, se suspendió el juicio por falta de pruebas para condenarlo.
Madiba es apresado nuevamente en 1962, cuando regresaba a Sudáfrica después de una gira por países independientes en la región. En este viaje recibió ayuda política, económica y adiestramiento militar. Fue condenado a 5 años de prisión por los delitos de iniciación de huelga y abandono ilegal del país y en 1963, estando Madiba encarcelado, inició el Juicio de Rivonia.
La Organización de las Naciones Unidas, a raíz de este proceso, votó en contra de los “sistemas de enjuiciamiento arbitrarios en Sudáfrica” -106 votos en contra, 1 a favor-. No obstante, no fueron de utilidad para Madiba, quien decidió hacer de su defensa una tribuna de denuncia desde el Palacio de Justicia:
“Por encima de todo nosotros deseamos derechos políticos igualitarios porque, sin ellos, nuestras deficiencias serán permanentes. Sé que esto suena revolucionario para los blancos de este país, porque la mayoría de los votantes serán africanos. Ésta es la razón por la que el hombre blanco teme a la democracia”, dijo Madiba el 20 de abril de 1964, al finalizar su defensa en el juicio de Rivonia.
Conluyó diciendo que la batalla del CNA era una batalla nacional: “Es una batalla de la gente africana, inspirada por sus propios sufrimientos y su propia experiencia. Es una batalla por el derecho a vivir”.
El 11 de junio de 1964 fue condenado a cadena perpetua, mientras, afuera, una multitud de seguidores gritaba “LIBERTAD”. Fue ingresado a la isla-cárcel “Robben Island”, bajo el número de preso 46664; es decir, el preso 466 del año 64. En ese entonces aún no se sabía que este número se convertiría en un símbolo mundial de la lucha de la resistencia negra de África.
Permanecía aislado, sólo podía recibir una visita cada 6 meses y trabajaba en la cantera, picando piedra de ’sol a sol’. Leía. Uno de los poemas que más le gustaban era Invictus, del poeta William Ernest Henley:
“En la noche que me envuelve / negra, como un pozo insondable / doy gracias al Dios que fuere / por mi alma inconquistable…”
Los años que estuvo preso estudió a los afrikáners, a los blancos racistas a quienes habían puesto un sistema dictatorial de segregación racial. Intentó entenderlos, ponerse en su lugar; aprendió su lengua, sus costumbres y tradiciones. Estuvo en esa prisión hasta 1984, cuando lo trasladaron a la cárcel Pollsmoor en la Ciudad del Cabo.
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“¡AL FIN LIBRES¡ ¡AL FIN LIBRES! “, gritó Madiba a sus 72 años, recordando a Martin Luther King, al ser liberado el 11 de febrero de 1990 después de 27 años en prisión. Dos días antes se reunió con el presidente de Klerk donde le fue comunicada la noticia de su liberación.
En 1991 el CNA eligió a Madiba como su presidente. Después de un largo proceso se concretó un plan de acción para institucionalizar los cambios democráticos planteados y se convocó a elecciones el 27 de abril de 1995.
El 62 por ciento de la población sudafricana voto por el CNA y Nelson Mandela fue elegido presidente y Frederik W. De Klerk, vicepresidente: ambos galardonados con el Premio Nobel de la Paz en 1993.