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La presencia mexicana en el Festival de Cannes (Videos)

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Ozwaldo ‘Wakko’ Florez / @cinemaniako 

[Cinegrafía 3.0]

Escena 1 Int. Cultura Revolución TresPuntoCero. Opinión

Campo – Contracampo

(10 de junio, 2014).- Tomando –fuera de foco– la conclusión del Festival de Cannes y la entrega de los Premios Ariel, damos el grito de ¡Acción! en este espacio dedicado al mundo de las imágenes a 24 cuadros por segundo. He de confesar que siempre he sido un puritano del cine, al decir: ‘los ceros y unos (cine digital) nunca igualarán al imprimir con luz en el celuloide (cine analógico)’.

Por tanto, buscaba bautizar este ‘guión’ con el nombre de algún elemento que tuviera que ver con la realización cinematográfica en su más pura expresión, pero al momento de conocer el número de cortometrajes mexicanos que estuvieron participando en diversas secciones del Festival de Cannes, me hizo reflexionar al respecto de las ‘bondades’ del cine digital, ya que el acceso a cámaras y grabadoras de audio de alta calidad –entre  otros aparatos audiovisuales– a un costo razonable, ha permitido que los realizadores mexicanos estén enfocando su ojo, afinando su técnica y realizando cada vez más películas. También ha abierto la puerta a muchos cineastas de todo el mundo para que puedan acceder a diversos festivales del mundo con narrativas audaces e interesantes.

Los realizadores de nuestro país han aprovechado esta ‘democratización tecnológica’ para ser constantemente seleccionados o invitados en los más prestigiados certámenes cinematográficos del orbe.

Campo

Se dice que además de tener un buen guión, se tiene que estar en el lugar y momento indicado para que suceda algo interesante frente a la cámara, así que a pesar de que ninguno de los 63 cortometrajes mexicanos estuvieron en competencia, es de suma importancia que los jóvenes realizadores tengan un escaparate donde puedan compartir experiencias con directores y productores de la industria del cine, que les permita enriquecer sus habilidades y lo más importante: ¡que tengan una pantalla para mostrar su trabajo!

[Los que vieron Gravity, reconocerán este cortometraje: Aningaaq, de Jonás Cuarón]

En nuestro país, gracias al impulso que tienen festivales como el de Guanajuato, Guadalajara, Morelia y otros que están tomando importancia, se ocupan por unos días las pantallas de algunos cines para la proyección de películas y cortometrajes mexicanos, pero esos pocos días no son suficientes. La falta de ‘pantallas’ es un problema con el que se enfrentan las producciones nacionales, quizás muchos piensen que realizar una película es más acto de glamour, pero detrás de la alfombra roja existe un maquiavélico ‘melodrama’ en el que se empeña hasta la VHS; entonces conseguir un espacio para su proyección termina siendo una auténtica odisea. Así que ojalá los realizadores mexicanos hayan encontrado en Cannes no sólo un espacio, sino también el apoyo moral y económico para su siguiente producción.

[Soy Fuego, de Jonathan Ostos Yaber (Trailer)]

En Cannes también se dan cita directores y productores que buscan distribuir sus películas por las diversas salas cinematográficas del mundo, y en esta 67 edición del festival, en la sección Marché du film se proyectó para posibles inversionistas, la biopic Cantinflas (2014), dirigida por Sebastián del Amo (El Fantástico Mundo de Juan Orol), la cual aborda la vida de Mario Moreno durante la producción de Around the World in Eighty Days, a.k.a La vuelta al mundo en 80 días (1956), en donde Cantinflas interpretó a Picaporte y por la cual ganó el Globo de Oro en la categoría Mejor Actor de Comedia o Musical.

Hacer este tipo de proyectos biográficos te pone en el ojo del huracán, y en esta producción la controversia gira alrededor de la elección del director al encomendar la interpretación de Cantinflas al español Óscar Jaenada (Noviembre, La Vida Abismal), decisión que ha levantado una serie de cuestionamientos sobre por qué darle a un extranjero la tarea de personificar la vida de un mexicano tan célebre. La película se estrena el 9 de septiembre en nuestro país, por lo que tendremos la oportunidad de saber si Sebastián del Amo acertó con su decisión.

Contracampo

Ahora que hablamos de un español, y retomando el proverbio de ‘estar en el lugar y momento indicado’, no podemos dejar pasar por alto la 56 entrega de los premios Ariel en la que La Jaula de Oro (2013) obtuvo 9 de los 23 premios que otorga la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas.

Esta película, sin dudas puede colocarse como una docuficción totalmente migrante, ya que el director español Diego Quemada-Diez, y su ‘ojos’, la cinefotógrafa uruguaya María Secco, tienen una gran cualidad narrativa en cada uno de sus oficios. Diego apostó por crear escenas sugerentes donde una extraña toma contrapicada de una noche nevada va conectando cada fragmento de la historia, invitando a la reflexión y otorgándole un espacio al espectador para crear los posibles dramas de los personajes, que salen voluntaria o involuntariamente a cuadro.

[Entrevista exclusiva de REVOLUCIÓN TRESPUNTOCERO a Diego Quemada-Diez]

Asimismo, es de agradecer que no optara –y vaya que es un tema que se prestaría– por hacer una película que se recuerde por la violencia gráfica; en cambio, al salir del cine te detienes para pensar en el problema de la migración de una manera más profunda. Por otro lado, la decisión técnica que María José Secco tomó para el rodaje (cámara al hombro y manejo de luz natural) me hizo reflexionar de nuevo en el tema del cine digital, ya que la portabilidad de estos equipos les permitieron entrar en los escenarios donde los pasajeros de ‘La Bestia’ le roban cámara a los protagonistas; esto hubiese sido imposible de ser tan natural con toda la estructura habitual de producción y su cinecracia.

La Jaula de Oro es un buen ejemplo del hecho de que los cineastas deben –por mandato- estar en contacto con otras culturas, observar y ser parte de su entorno, de estar en el momento y lugar indicado; por tal motivo hay que festejar que los talentos mexicanos sigan estando en festivales importantes, pero sin olvidar que al mismo tiempo tenemos que promover y conseguir más pantallas en el país para los cineastas emergentes.

[Hace 20 años, Carlos Carrera (El crimen del padre Amaro, De la infancia) ganó La Palma de Oro en el Festival de Cannes al mejor cortometraje con El Héroe]

Y con  este ‘débraillé’ cinematográfico llegué a la conclusión de llamar a este espacio: Cinegrafía 3.0

—–

Campo: Es el espacio en el que entran todos los personajes y objetos visibles en la pantalla. Lo que nos suponemos u oímos queda fuera de campo.

Contracampo: Paso de un encuadre al siguiente en una misma escena, desde distinto punto de vista y con un ángulo de toma similar.

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