(13 de junio, 2014).- El día de ayer, Miguel Ángel Mancera, jefe de gobierno del Distrito Federal, hacía una participación en el informe de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, cuando un grupo de aproximadamente 50 personas, lo interrumpió para exigir al funcionario la liberación de los presos políticos y detenidos arbitrariamente, en las manifestaciones que se han dado anteriormente.
Desde el 1DMx (Denominación de la fecha en que Enrique Peña Nieto, tomó posesión), casi ninguna protesta ha podido llevarse a cabo pacíficamente, no por los manifestantes, sino por la represión intolerable de parte del Estado. Con viejos mecanismos, han logrado desarticular movimientos, marchas y sobre todo, infundir miedo en los ciudadanos.
Este jueves 12 de junio, Mancera por fin fue encarado por los jóvenes que exigen una respuesta por los actos brutales que el Gobierno del Distrito Federal ha pasado por alto. Los activistas subieron al podio y tomaron los micrófonos. El funcionario sorprendido, tuvo que ser auxiliado por su equipo para dejar el área, pues los reclamos se acrecentaron. Una botella de agua fue lanzada hacia el estrado sin afectar a nadie. La presidenta de la CDHDF, Perla Gómez Gallardo, intentó tranquilizar a los indignados, pero no tuvo éxito, ya que las consignas guardaban bastante descontento. Ella también abandonó el recinto.
La presidenta de la CDHDF, se pronunció al respecto con un comunicado, en el que condenó los actos de violencia, incluidos los que impidieron dar su discurso al jefe de gobierno. Lamentó que siendo un espacio “abierto al diálogo”, ocurriera el incidente.
En las redes sociales de la CDHDF, se hicieron publicaciones en las que aseguran: “No podemos más que condenar cualquier acto de violencia y lamentamos que se puedan perder espacios de diálogo”. Los mismos afectados mencionados antes, así como ciudadanos en desacuerdo, contestaron reclamando la falta de atención, los abusos y torturas que vivieron.
Se recomienda a Miguel Ángel Mancera, así como a la CDHDF, trabajar verdaderamente por “la protección de los derechos humanos y la libertad de expresión de los capitalinos”, como tanto han difundido en sus cuentas de Twitter.


