- El saldo preliminar dejó una docena de manifestantes lesionados y al menos cinco policías heridos, varios por quemaduras y golpes en la cabeza.
La marcha convocada por colectivos de la llamada “Generación Z” terminó marcada más por la violencia que por las consignas. El punto más crítico ocurrió frente a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), donde grupos encapuchados arremetieron contra el inmueble, lanzaron piedras y rompieron cristales del primer nivel, obligando al personal de seguridad a responder con gas desde las rejillas del edificio para contener a la multitud.
Los disturbios provocaron momentos de pánico entre transeúntes y manifestantes pacíficos que se replegaron ante la escalada.
A pesar de que la movilización inició con miles de asistentes en el Ángel de la Independencia, los actos vandálicos dominaron la narrativa del día. Frente a la Corte, los encapuchados actuaron con organización, golpeando de manera sistemática puertas y ventanas mientras otros intentaban forzar accesos laterales. La policía capitalina y el resguardo interno del tribunal tuvieron que cerrar calles aledañas para evitar que el grupo se extendiera, pero aun así varios oficiales resultaron heridos por piedras y petardos.
Minutos después, otro contingente avanzó hacia Palacio Nacional, donde se repitió la dinámica: intentos de derribar vallas, ataques con martillos improvisados y lanzamiento de objetos contundentes. La policía respondió con humo y gas para impedir que los manifestantes escalaran el muro metálico. Aunque las autoridades habían colocado las vallas con anticipación para prevenir daños, los grupos más radicales lograron derribar secciones completas.
El saldo preliminar dejó una docena de manifestantes lesionados y al menos cinco policías heridos, varios por quemaduras y golpes en la cabeza. Paramédicos señalaron que muchos de los incidentes provinieron de petardos detonados por los propios manifestantes.
Mientras el gobierno federal acusó que detrás de la marcha opera una campaña de desinformación amplificada por influencers y actores políticos, los hechos del día reforzaron la percepción de que sectores del movimiento están apostando por la confrontación directa antes que por la protesta pacífica.


