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Actividad física en el adulto mayor

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Dra. Yuriko Murguía Flores/colaboradora

(07 de julio, 2014).- El ejercicio mejora la coordinación y el equilibrio, disminuye el riesgo de caídas y ayuda a prevenir o retrasar enfermedades crónicas o asociadas al envejecimiento

Es importante considerar el envejecimiento como una etapa normal de la vida donde “envejecer activamente” debe constituir el objetivo central.

En ocasiones se tienen varias enfermedades simultáneamente, pero en muchos casos esto no es un impedimento para tener una vida autónoma y creativa. Sólo se requiere una adecuada evaluación y rehabilitación global (geronto-profilaxis) que nos permita reconocer el comportamiento del cuerpo en esta etapa (disminución de las capacidades funcionales y motoras) para así poder escoger el tipo de ejercicio según el gusto, situación de salud, espacio y horarios.

La actividad física aeróbica es una opción valiosa que colabora de manera eficaz para lentificar o revertir los procesos de envejecimiento, mejorando la edad biológica funcional. Evidencias científicas afirman que la combinación de un entrenamiento aeróbico con ejercicios isotónicos mejoran la condición física global, hasta poder llegar a tener una edad biológica de entre 5 a 15 años menor a la edad cronológica.

El ejercicio mejora la coordinación, equilibrio, así como disminuye el riesgo de caídas, ayuda a prevenir o retrasar las enfermedades crónicas y aquellas otras asociadas al envejecimiento. En las personas mayores, con osteoporosis u osteoartrosis disminuye las artralgias y facilita la movilidad, así como también disminuye el riesgo de fracturas, principalmente de la cadera.

La actividad física para la salud recomendada en adultos de 65 años en adelante consiste en actividades recreativas, desplazamientos, actividades ocupacionales o ejercicios programados donde dediquen 150 minutos semanales a base de intervalos de 10 minutos cada uno.

Sería imprescindible realizar una evaluación médica integral que permita diseñar un programa personalizado de activación donde se trabaje fuerza, coordinación, equilibrio y capacidad física.

Debe evitarse llegar a la fatiga o al dolor, realizar movimientos rápidos y bruscos, flexionarse hacia atrás o inclinar la cabeza por debajo de la cintura, hacer saltos continuos o hacer ejercicio en ayunas o durante la digestión.

El ejercicio debe ser agradable, comenzar poco a poco, con calentamiento previo, utilizar ropa y calzado adecuado.

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